Funcionarios de Alhaurín de la Torre se alían con la IA para denunciar la realidad carcelaria: "¿No importa que haya drogas?"
Trabajadores penitenciarios elaboran tres videodenuncias donde voces recreadas digitalmente transmiten lo que ellos viven a diario entre rejas
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En el corazón del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre, un grupo de funcionarios ha recurrido a un aliado inesperado: la inteligencia artificial. Hastiados por lo que describen como años de silencio y abandono institucional, han creado una serie de videodenuncias donde voces recreadas digitalmente transmiten lo que ellos viven a diario entre rejas. No son actores, no hay efectos de cine: solo avatares generados por IA que, aun con sus uniformes imperfectos, reflejan un discurso real y urgente.
La iniciativa, impulsada por el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), busca visibilizar la cara oculta del sistema penitenciario español: un engranaje que, según denuncian, funciona con recursos escasos, medidas de seguridad insuficientes y trabajadores expuestos a un entorno cada vez más hostil.
Drones sobre las celdas: la nueva vía del narcotráfico
En el primer video, la protagonista —una funcionaria representada con IA— describe con crudeza una escena que parece sacada de una película, pero que ocurre en la realidad: drones pilotados desde el exterior que se acercan hasta las ventanas de las celdas para entregar su carga. “El interno solo tiene que sacar la mano y recoger el paquete”, explica. En ese paquete puede haber un teléfono móvil, hachís o cualquier otra sustancia prohibida.
La denuncia no se queda en la anécdota. Los trabajadores aseguran que llevan años pidiendo inhibidores de señal y sistemas de seguridad avanzados, sin obtener respuesta. Y la pregunta que lanzan atraviesa la pantalla como un dardo: “¿No importa que haya drogas? ¿Cómo puede funcionar un tratamiento de reinserción si dentro se sigue consumiendo y traficando?”
"Una agresión cada 14 horas"
Una segunda videodenuncia creada por los trabajadores penitenciarios pone rostro a otro de los problemas que arrastran: la violencia contra los propios funcionarios. Según sus datos, cada 14 horas se produce una agresión a un trabajador penitenciario. Y no se trata solo de insultos o empujones: las agresiones sexuales también han ido en aumento, añadiendo otra capa de riesgo y vulnerabilidad.
La funcionaria que toma la palabra lo resume con un mensaje directo y desafiante: “Yo soy el médico. Yo soy el maestro. Compañero, lucha por ser profesión de riesgo.” Sus palabras son más que una reivindicación; son un grito de identidad y un recordatorio de que, en muchas ocasiones, su trabajo consiste en desempeñar múltiples roles para los que no siempre están preparados ni respaldados.
"Enfermerías convertidas en psiquiátricos improvisados"
El tercer video traslada al interior de las enfermerías penitenciarias, espacios que, según denuncian, se han convertido en auténticos psiquiátricos. La falta de médicos, la sobremedicación de los internos y el consumo paralelo de drogas ilegales generan un cóctel que, en palabras de los funcionarios, está incrementando la conflictividad.
“Las enfermerías son verdaderos psiquiátricos. No hay medios ni personales ni materiales para atender correctamente a este perfil de internos”, afirma una funcionaria. A su lado, otro compañero añade que el contrabando de medicamentos ha alcanzado cifras alarmantes, mientras las plantillas permanecen igual de reducidas. La conclusión es clara:
El segundo video se centra en la violencia que sufren los trabajadores penitenciarios. Según la denuncia, se produce una agresión cada 14 horas. Una funcionaria subraya que las agresiones sexuales también han aumentado y reclama mayor reconocimiento para el colectivo. El mensaje concluye con un llamamiento a la unión: “Yo soy el médico. Yo soy el maestro. Compañero, lucha por ser profesión de riesgo.”
El tercer video denuncia la falta de médicos en las prisiones y el aumento de la conflictividad debido a la sobremedicación de los internos, combinada con el consumo de sustancias ilegales. “Las enfermerías son verdaderos psiquiátricos. No hay medios ni personales ni materiales para atender correctamente a este perfil de internos”, expone una funcionaria.
Otro funcionario añade que el contrabando de medicamentos ha alcanzado máximos, mientras las plantillas no se refuerzan. “La buena voluntad no alcanza si no contamos con los medios necesarios”, concluyen en las imágenes.
Con la difusión de este material audiovisual, los funcionarios buscan visibilizar, a través de la inteligencia artificial, lo que los funcionarios consideran un abandono institucional y una falta de protección y recursos en el sistema penitenciario español.
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