Tres países en 15 horas, un rapado completo y una isla paradisíaca en el horizonte: así intentó escapar el asesino del pub de Fuengirola
Los investigadores subrayan la "profesionalidad" del autor del doble crimen, al que le dieron caza en Liverpool
Detenido en Liverpool el autor material de la muerte a tiros de dos escoceses en Fuengirola

En menos de 15 horas llegó a cruzar tres países. En su fuga, modificó su aspecto físico: se afeitó el rostro y la cabeza para despistar al ejército de policías que, desde la noche del 31 de mayo, le seguían la pista. Era el hombre que, supuestamente, había abatido a tiros a dos presuntos gánsteres en un bar irlandés del paseo marítimo de Fuengirola. Las dos víctimas pertenecían al clan de los Lyons, en guerra con los Daniels. En Glasgow ya habían enfrentado problemas "y acciones violentas".
Detrás del doble crimen, cree la Policía, estaba un "asesino profesional", al que el pasado viernes dieron caza en Liverpool. Su fuga estaba planificada, meticulosamente definida, con un análisis previo de las zonas estratégicas con menos cámaras de seguridad. El autor material llegó a introducirse en un túnel ferroviario, saltando las vallas, porque sabía que allí no iba a ser filmado. "Todo estaba perfectamente estudiado", ha explicado este martes en rueda de prensa el comisario de la Brigada de la Policía Judicial, Pedro Agudo.
La huida le llevó a Portugal. Después viajó en un vuelo a Litz y, desde allí, "cambió de domicilio en tres horas". La Policía británica lo tenía "encerrado" y frustó sus planes: ideaba marcharse "a una isla paradisíaca" en la que pudiera "desaparecer". Ese mismo día, agentes de la National Crime Agency (NAC) le colocaron los grilletes tras la emisión de una Orden Internacional de Detención emitida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Fuengirola. Ahora, duerme en prisión.
"No es común que un asesino tenga esa facilidad para resolver la interrupción"
El pistolero conocía sobradamente el nombre que llevaban escritos esos proyectiles que terminaron cercenando hasta en cuatro ocasiones el abdomen del hombre de la camiseta blanca en el pub irlandés. Había viajado expresamente desde el Reino Unido hasta Málaga para perpetrar los asesinatos. No fue casualidad, en palabras del jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco), Juan Antonio Sillero, que ese sábado, noche de la final de la Champions, reuniera a los "dos objetivos" en un bar y "aprovechara para eliminarlos de una vez". Con "sangre fría", se acercó a la mesa y a uno de ellos le "desgajó un primer disparo en el cuello que va al corazón". La primera de sus víctimas murió. Después, buscó a la segunda y salió airoso pese a que el arma se le encasquillara. Gajes del oficio. "No es común que un asesino tenga esa facilidad para resolver la interrupción. Tras las detonaciones persiguió al segundo objetivo dentro del local", añade el responsable de la Policía Judicial. La segunda víctima trató de escapar. Le alcanzaron varios disparos que le provocaron, como a su colega, la muerte.
"Hablamos de una profesionalización máxima. Está muy de moda la oficina de sicariato, esto es, la contratación de sicarios, pero en este caso no era así. Es miembro de un clan que funciona como un asesino", matiza el comisario Agudo.
Siete días tardaron los policías "en poner nombre y apellido al asesino", pero ya había sido identificado "en cuatro días", pese a todas las medidas de seguridad que había implantado para lograr escapar. "Llevaba gorra y una braga -como la que se usa en moto- en la zona del cuello. Cambiaba de fisionomía según se iba moviendo y se indumentaria. Es un profesional", insiste el responsable de la brigada.
Los investigadores de Málaga contactaron con la Policía británica. "Tenemos un enlace permanente en la zona. Desde el primer momento fue encabañado en un piso -vigilado-. Se le cerró uno de los que disponía y la capacidad de respuesta, cuando se tiene a una unidad delante, es muy escasa", admite el policía.
Las letras del Monaghan’s, en pleno paseo marítimo de Fuengirola, ya no existen. Como si eliminar el nombre al local donde se perpetró uno de los crímenes más sonados de la Costa del Sol este año, diluyera lo que ocurrió dentro. Y ahora, ¿temen los investigadores posibles venganzas, nuevas muertes? "Estamos en actitud muy vigilante", responde, a preguntas de los periodistas, el responsable del grupo, convencido de que el de estas bandas involucradas en este último caso ha sido un "asentamiento circunstancial y no permanente".
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