La venta de libros en colegios deja a las papelerías con pérdidas de un 50%

La asociación Padema denuncia el cierre de negocios por la "competencia desleal" que sufren

Material escolar expuesto en una papelería.
Cristina Fernández Málaga

30 de junio 2014 - 01:00

En 2012 cinco librerías de la zona de Huelin se unieron para denunciar que los colegios de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria negociaban con las editoriales los chequelibros y que vendían también material escolar a sus alumnos, abocando a los negocios del barrio al cierre. Ahora son más establecimientos, una docena, los que han formado la Asociación de Papelerías de Málaga, Padema, para seguir denunciando que casi medio centenar de colegios públicos y concertados tienen servicio de librería, lo que les está provocando pérdidas de hasta un 50% de las ventas.

Según relata el presidente de la asociación, José Urbano, en 2008 empezaron a no llegar los chequelibros a su negocio, papelería Vila. "He llegado a facturar en una campaña 60.000 euros, y eso que tengo un establecimiento pequeño, pero ahora no llego a eso en todo el año", asegura Urbano. Si antes vendía a más de 300 padres los libros de texto de sus hijos, ahora no recoge ni media docena de cheques. "El año pasado vendí justo la mitad de lo que despaché hace cinco años", se queja Urbano. Y esto es debido, afirma, a la "competencia desleal e ilegal" de colegios que, por sí mismos o a través de sus AMPAS.

"Unos treinta colegios concertados que tengamos conocimiento venden libros y públicos por lo menos cinco, que lo hacen a través del AMPA, se dan de alta en Hacienda, otros no, tienen licencia fiscal, no declaran beneficios y no pagan nada", protesta José Urbano y subraya que en el municipio de Alhaurín de la Torre "todos los centros venden libros". Según denuncian desde la asociación, estos centros "utilizan muchas estrategias para que los padres no se queden con los cheques y los lleven a papelerías, como no tenerlos hasta septiembre cuando los padres los firman ahora a final de curso", explica Urbano. También, dicen, presionan a las familias con argumentos como la comodidad para comprar, los beneficios para el centro escolar o los regalos que van a recibir de las editoriales.

Pero, señala Padema, no sólo proporcionan los libros a las familias, sino también material escolar. Lo que está provocando que se cierren negocios o se reconviertan. "De los que empezamos en el área de Huelin, éramos cinco papelerías y quedan dos, o han cambiado de dueño o han tenido que cerrar. En el último mes, que tengamos constancia de ello han cerrado otros tres negocios", destaca José Urbano.

La secretaria de la asociación, Cruz María Ruiz, vive una situación similar en su barrio, la Colonia de Santa Inés. Hace unos años podía vender el 80% de los libros de texto que se utilizaban en el colegio que tiene frente a su tienda, el CEIP Luis Buñuel. Ahora, asegura haber perdido entre un 60 y un 70% de las ventas. Por el momento tan sólo tiene dos encargos de los 225 niños de Infantil con los que cuenta el centro. "El año pasado vendí 15 ó 16 paquetes de libros", subraya y critica que el colegio tenga "montado durante todo el año un negocio en el que venden material escolar y hasta bolsos y gomillas para hacer pulseras", indica.

Para esta librera, el grueso de su facturación es septiembre, al igual que para el resto. "Si nos cortan los cuadernillos, los libros de lecturas, con hacer cuatro fotocopias y vender varios lápices no hacemos nada, eso significa mandarnos a la calle", considera Urbano. También subrayan desde Padema que al perder el chequelibro se elimina, además, la posibilidad de hacer nuevos clientes que "si no vienen para la vuelta al cole no aparecen por la tienda el resto del año".

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