Salud

El verano me llevó a Urgencias: dolencias, malestares y enfermedades del estío

  • Infecciones, traumatismos, intoxicaciones, picaduras... vivir el verano al máximo es un deporte de riesgo, amigos

  • Poca broma

Visitar Urgencias no es cosa de risa, y mucho menos en verano.

Visitar Urgencias no es cosa de risa, y mucho menos en verano.

Tras el pasado fin de semana durante el cual el mal tiempo ha enseñado su peor cara podemos dar por terminado el verano. Oficialmente el verano acaba el próximo lunes 23 de septiembre, pero ya hace semanas que en mitad de la noche luchamos a muerte por hacernos con la fina sábana estival.

Ahora, lo de siempre: esperar el cambio de hora, la llegada de Halloween y el invierno de nuestro descontento, el regreso de las tradicionales urnas, la falta de vitamina D, así como de ganas de vivir, la avasalladora Navidad y sus comidas familiares...

Puede que, para superar el largo periodo de oscuridad vital que se presenta, nos ayude el hecho de que no vivimos en Inglaterra, los recuerdos de las últimas vacaciones o saber que el verano no es todo risas y diversión: los meses más calurosos del año traen sus propias dolencias, enfermedades y malestares que, en ocasiones, los hacen muy duro de soportar. Amén de un incremento brutal de turistas descerebrados.

Vale, no engañamos a nadie: el verano es como el chiste de Gila, ese que relata cómo se les va de las manos una feria de pueblo a los feriantes hasta que uno de ellos dice: "Me habéis matado al hijo, pero ¡y lo que nos hemos reído!". En verano, toda la sarna viene con gusto y no pica.

Por eso, si no te ha pasado nada de lo que a continuación listamos puede que no le hayas sacado todo el jugo que este verano 2019 tenía reservado para ti. ¡Pero todavía tienes tiempo! ¡Corre a pisar un erizo de mar! ¡Tendrás una anécdota que contar!

Traumatismos

Las reinas del baile de las dolencias estivales son, según el doctor Eduardo Rosell, director de la Unidad de Urgencias de los Hospitales Clínico y Valle del Guadalhorce, los traumatismos.

Torceduras, esguinces, muñecas abiertas, brazos rotos, complicaciones con el balconing si somos alemanes... el incremento de las temperaturas hace que salgamos más a la calle y esto repercute en un aumento de las posibilidades de hacernos daño. Hay que ser muy desgraciado para torcerse un tobillo mientras estamos en el sofá llorando porque aún nos faltan cinco meses para que nos den las vacaciones.

En verano pasamos más tiempo al aire libre, practicamos más deporte y diversas actividades (como una buena ruta de río) y, por su puesto, bebemos más, ya que fiestas veraniegas hay por todas partes. Y si no, nos las inventamos.

Intoxicaciones etílicas y abuso de drogas

Y de estos polvos, aquellos lodos. Las damas de honor de los traumatismos son las grandes ingestas de alcohol que algunas personas parecen concentrar en el verano, como si el resto del año se declarara la ley seca.

Al parecer, el binomio diversión más alcohol supone un hermanamiento que durará hasta el fin de los tiempos. Y si incluimos la variable 'verano' a la ecuación, el resultado está cantado.

En cuanto a la Miss Simpatía de las dolencias veraniegas tenemos a la siempre divertida señorita abuso de estupefacientes varios.

Todo esto da lugar a un combo vencedor que nos hará un fatality perfecto, dejándonos tirados, literalmente, en la puerta de Urgencias.

Y eso si tenemos suerte y nuestros amigos atinan a llamar a emergencias o están en condiciones para llevarnos y abandonarnos en la entrada del hospital antes de salir corriendo de allí dando bandazos.

Bonus track: el consumo de alcohol y drogas hace que aumenten las atenciones médicas de traumatología.

Quemaduras, golpes de calor, insolaciones

Con el aumento de las temperaturas se incrementan también las afecciones derivadas.

El doctor Rosell nos recuerda que las personas mayores, los niños y los que padecen otras dolencias, son las que más afectan el calor, que este verano ha sido especialmente elevado.

El calor puede originar serios casos de deshidratación y provocar lipotimias y desmayos que pueden resultar fatales en determinados casos.

Así, un año más, numerosas personas han tenido que acudir a Urgencias o, en los casos más leves, a la farmacia más cercana, para combatir los efectos de no protegerse como es debido ante los rigores estivales.

En este sentido, Rafael García Maldonado, boticario y escritor, afirma que "mucha gente sigue sin usar protección solar, especialmente aquellas personas que más la necesitarían: las personas con pieles claras, como los turistas extranjeros". Nuestros queridos visitantes del norte no aprenderán jamás la lección y "llegan achicharrados a la botica pidiendo algo urgente para aliviar el dolor provocado por las quemaduras".

Si fueron capaces de votar a favor del Brexit...

Intoxicación alimentaria y gastroenteritis

El calor del verano también provoca que los alimentos se corrompan con mayor facilidad. Esto, sumado a que en este tiempo comemos en lugares más variados y estamos más abiertos a probar cosas nuevas a las que no están acostumbrados nuestros estómagos, provoca las clásicas diarreas veraniegas.

"Las intoxicaciones alimentarias y las gastroenteritis víricas o bacterianas producen diarrea, que es otra patología muy común en el verano, al igual que el estreñimiento, causado por los cambios de hábitos y zonas", asegura Maldonado.

Resfriado de verano

Éste es otro clásico: ¿quién no ha salido del cine helado porque al parecer para estar fresquitos tenemos que disfrutar temperaturas de menos 10 grados celsius? Y al salir y golpearnos el terral en mitad del pecho sabemos con toda certeza que esa noche la vamos a pasar fatal.

Los cambios de temperatura provocan resfriados veraniegos que suponen más una molestia que un peligro, pero ahí están, aguardando su oportunidad de fastidiarnos el festival al que íbamos a ir a Torre del Mar.

Picaduras de bichos varios

Si este verano no te ha picado un mosquito tigre, una medusa, un pez araña, o no has pisado un erizo de mar, podemos decir sin lugar a equivocarnos que, o no has pasado el verano en Málaga, o que no has salido de tu casa ni abierto las ventanas.

Las picaduras de insectos son algo muy frecuente en esta época "la gente compra mucho repelente y también antihistamínicos tópicos y orales para bajar la reacción alérgica que provocan dichas picaduras, que a veces son feas y dolorosas".

Puede que una picadura de insecto o de medusa no nos lleve a Urgencias, pero sí que nos puede fastidiar una noche divertida o un día de playa (cita) que estaba yendo de perlas.

Batiburrillo de infecciones

Otitis, conjuntivitis, infecciones de orina... Las infecciones de todo tipo se suceden a lo largo del verano, ya tengan su origen en una picadura o en una herida que no cicatriza bien debido al sudor.

En ese sentido el boticario Rafael nos recuerda que las infecciones de orina son muy comunes "sobre todo en mujeres, por la humedad acumulada en los bañadores y los cambios de PH".

También las otitis son comunes por la entrada de agua en los oídos, y las conjuntivitis, "aunque menos que en primavera".

Y si fuera poco, a todo esto se suman las infecciones por hongos en los pies (piscinas, duchas...).

Como vemos, vivir el verano es un deporte de auténtico riesgo. De hecho, el doctor Rosell asegura que "de media atendemos 500 urgencias al día en el hospital, porque a las urgencias habituales se les suman las veraniegas".

Dolencias que, si tenemos suerte, se pueden quedar en una anécdota y no fastidiarnos las vacaciones.

Así que la próxima vez que no puedas dormir porque el calor y los gritos de los borrachos te provocan insomnio, o porque la colchoneta te haya irritado los pezones y las axilas, o porque ese maldito mosquito no para de pasar zumbando por tu oído... piensa que podría ser peor. Mucho peor.

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