Voluntario a los 82 años contra la soledad de los mayores en Málaga: “Si yo puedo ayudar, cualquiera puede hacerlo”

Más de 74.000 personas que superan los 60 años padecen soledad en la provincia

Estepona en el foco: los mayores capturan su visión del mundo

Antonio Parrillas haciendo compañía a María Domínguez.
Antonio Parrillas haciendo compañía a María Domínguez. / Javier Albiñana

Es jueves. Como es costumbre cada semana, María espera a Antonio sentada en el salón su casa, ubicada en el barrio malagueño de Las Flores. Les espera una mañana tranquila. Hace calor, por lo que no van a salir a la calle. Son voluntario y usuaria de un programa de acompañamiento contra la soledad de los mayores de la Fundación Harena.

María Domínguez tiene 80 años, dos menos que Antonio Parrillas, quien acude a la casa de ella desde hace ya tres años. Ella vive en un edificio sin ascensor, por lo que bajar con el andador a dar un paseo no es precisamente fácil. "Si tengo fuerzas para bajar, lo hacemos los dos, y después me ayuda a subir también. Y si me hace falta comprar algo lo hace él", explica Domínguez. "Él se porta bien, el hombre no es malo", añade mientras ambos se ríen. "Es como un amigo".

Antonio viste unos vaqueros azules, zapatillas deportivas y rebosa energía. A sus 82 años, es el voluntario de más edad de la Fundación Harena y todo un ejemplo a seguir. Ayuda a 7 personas a la semana desde que se unió en 2021. Les apoya en labores cotidianas como hacer las compras, dar un paseo o simplemente hacerles compañía. "Si yo puedo ayudar con 82 años, cualquiera puede hacerlo", manifiesta Parrillas.

Los voluntarios de la Fundación Harena luchan contra la soledad de las personas mayores.
Los voluntarios de la Fundación Harena luchan contra la soledad de las personas mayores. / Javier Albiñana

"Yo aprendí carpintería en el Colegio Salesianos de Málaga", afirma Parrillas. Después de eso, cuando la construcción bajó se pasó a la fotografía, a la que se dedicó durante 20 años. Años después, puso una tienda de productos de bellas artes y enmarcaciones hasta que llegó el momento de la jubilación, y comenzó a vender productos de nutrición. Tras esto, comenzó a trabajar de voluntario en Anfremar, un comedor social situado en El Palo, donde ayudaba a servir desayunos, almuerzos y cenas, hasta que conoció Harena.

"Esto me llena mucho más que todo lo que he hecho", detalla. Parrillas explica que a todo el mundo le gustaría recibir ayuda al llegar a cierta edad, y que crear esa "cadena de concienciación" para llegar a otras personas es lo que realmente le motiva.

La soledad golpea cada vez más a los mayores. Más de 74.000 personas que superan los 60 años están solas en toda la provincia, cifra superior a los 70.000 del año pasado. Ante esta situación, la Fundación Harena lucha contra el problema en Málaga desde su fundación, en 2007. La organización hace un llamamiento especial para captar voluntarios de acompañamiento para el verano, ya que es la peor temporada para la soledad de este colectivo.

Esto se debe a que el calor que golpea las calles malagueñas y da lugar a que salgan menos al exterior. La consecuencia es que las relaciones sociales van disminuyendo. Además, los voluntarios tampoco se apuntan tanto a colaborar en estas fechas debido a las vacaciones.

La Fundación Harena ayuda a más de mil personas gracias a sus 702 voluntarios que dedican parte de su tiempo a hacer compañía a quienes lo necesitan, bien sea en el domicilio de la persona, en una residencia u hospital o también mediante vía telefónica, además de contar con otros proyectos de voluntariado en países como Eritrea o Perú.

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