Pocos clubes han descifrado de manera tan solvente el recorrido que hay que hacer cuando se baja de Primera a Segunda como el Eibar. Los armeros no cayeron en viejos malos hábitos de los predecesores como el propio Málaga. Se quitó lastre y centró sus esfuerzos en adaptarse a lo que demanda LaLiga SmartBank, aprovechando su músculo económico para firmar a algunos de los mejores futbolistas de la categoría en los últimos tiempos hasta dar forma a una especie de Dream Team de plata, con los elementos por los que suspiraban otros equipos, entre ellos, el Málaga.

Suena a clásico de Segunda el Eibar, pero sus últimos años en Primera sirvieron al club para tener unas cuentas envidiables (control de gastos e ingresos, buenas ventas, derechos televisivos importantes), lo que sumado a sus beneficios fiscales le otorga una gran ventaja sobre la mayoría. Pagó unos cinco millones de euros en traspasos además de asumir salarios importantes en cesiones en jugadores como Blanco Leschuk, Fran Sol o Chema Rodríguez.

Pagó 1,5 millones de euros al Almería –llamado a ser uno de sus grandes rivales como está siendo– por Rahmani y otro kilo más por Corpas. El Málaga quería seguir contando con el francoargelino, que no pudo rechazar la oferta armera. Y pagó también otro millón por Stoichkov al Mallorca, dinero que está más que amortizado con la temporada que está cuajando. Se gastó otros 600.000 euros en llevarse a Óscar Sielva (que jugó en el filial del Málaga) de la Ponferradina y 500.000 en el guardameta del Lugo Ander Cantero.

Algunos de esos jugadores estuvieron en la lista del Málaga, como Javi Muñoz, que llegó libre al igual que tantos otros, seducidos por un proyecto de claro ascenso: Franchu, Toño, Federico Venancio, Etxeita, Aketxe... Pero la guinda y el síntoma definitivo fue la incorporación de Fernando Llorente, que pese a estar en el ocaso de su carrera sigue imponiendo. En esta última jornada se coló en el once ideal.

A pesar de todo, la competencia está siendo feroz, con Almería y Valladolid pisando los talones al líder, que en La Rosaleda necesita el triunfo o puede verse fuera de las plazas de ascenso directo (lleva dos de los últimos nueve puntos). El Málaga no gana desde hace cinco meses en su estadio, pero vive unas semanas dulces con Guede y también debe sumar victorias para evitar sustos.