La confección de la plantilla del Málaga 2020/2021 entrañaba unos riesgos evidentes pero que había que asumir. Se necesitaba a muchos futbolistas, dispuestos a renunciar a un salario elevado y con ganas de sumar. No era un mercado muy amplio donde pescar, lo que llevó a Manolo Gaspar a tener que apostar por algunos profesionales de calidad y trayectoria más que contrastada pero en horas bajas, sobre todo por culpa de los problemas físicos. En esa categoría entrarían Jozabed y Matos, que parece que van encontrando su sitio.

Se lleva esperando tiempo a los dos futbolistas sevillanos, igual que a Jairo Samperio y Orlando Sá. Todos de una calidad sobradamente demostrada pero que no han alcanzado picos de rendimientos tan altos como otros fichajes (Rahmani, Chavarría, Joaquín Muñoz, el lesionado Calero... por citar ejemplos claros). Roles secundarios como mucho. Pellicer y Manolo se han mostrado pacientes, de cualquier forma y así lo han hecho saber públicamente.

Parece que con el avance de las jornadas y a raíz de que el equipo diera un bajón de juego y resultados en estas primeras semanas de 2021, Jozabed y Matos andan más finos y han ayudado al Málaga a reencontrarse. El centrocampista ha sido titular en las dos últimas jornadas ante el Sporting de Gijón y el Rayo Vallecano. Más allá de los resultados, su presencia contribuyó al buen funcionamiento del equipo y lo dotó de nuevas virtudes.

A Matos los problemas físicos le están condicionando desde los albores del curso. Comenzó jugándolo prácticamente todo, pero sus actuaciones fueron bastante desiguales. Después de la ronda ante el Coruxo desapareció por lesión. En las dos últimas citas también ha sido titular, destacando especialmente su papel ante el Rayo, secando a Antoñín.