A Antoñín Cortes (2000) le ha costado arrancar. Hay dudas de los porqués, si atiende más a un problema de confianza, al hecho de volver a casa y su propia exigencia por destacar, el tono físico o una simple cuestión de acierto. El tema está en que el palmillero no logró completar un partido bueno, en el que se hiciera notar y fuera importante, hasta el undécimo que disputó esta temporada en su vuelta a La Rosaleda.

Un error en la marca de Paulino y gol de Sangalli. De nuevo atrás en el marcador, se ponía cuesta arriba el partido. Pero el Málaga reaccionó con rapidez, ipso facto, con un factor hasta ahora inédito. Antoñín cogía la pelota en el perfil zurdo, se lanzaba un autopase lleno de confianza ante Blasco, desbordándole y permitiendo su centro sin interferencias. La pelota fue un caramelito perfecto para el gran escorzó que se inventó Roberto para empatar.

El gesto de Antoñín tras ver como la pelota besaba la red lo decía todo. El malagueño tenía mucho dentro, estiró el brazo con rabia y gritaba de alegría ante los aficionados. Javi Jiménez sabía también por lo que estaba pasando Antoñín, que se olvidaba del primer tanto en La Rosaleda de Roberto y se lanzaba a celebrarlo con el asistente. Necesitaba algo así para seguir creciendo esta temporada, para aportar y encontrar un camino que seguir. El premio a su esfuerzo no llegaría solo. Sería de nuevo Antoñín el que se inventaría otro acción por la derecha, esta vez por dentro, para sacar otro centro certero y preciso para la entrada de Paulino que se resarcía de su error en el 0-1 con el 2-1.

Las dos asistencias de Antoñín refuerzan al jugador, que hablaba tras el partido de lo importante que es para él demostrar su valía: "Mi casa está aquí a un paso, toda mi gente, mis padres, mi familia, mis amigos... Todos vienen a verme cada fin de semana y para mí es súper importante jugar a ese nivel tanto para mi familia, la afición y el equipo". Y dejaba a un lado la importancia del gol y los objetivos individuales, anteponiendo el colectivo: "Es importante el tema del gol, pero no estoy cegado. Mientras el equipo gane y estemos bien, eso es lo importante".

"Somos invictos aquí en casa. La afición nos da un plus muy importante, super contento con los tres puntos porque era un rival muy difícil", decía sobre su dinámica y recalcaba sus prioridades: "Me fui de aquí con un nivel muy bueno, llegué y lo primero que quería demostrar es el nivel que tengo y poquito a poco trabajando lo estamos consiguiendo, eso es super importante".