Vuelta al tajo para el Málaga CF con varias noticias positivas. El equipo regresó a los entrenamientos con la presencia de Luis Muñoz de manera parcial en la sesión vespertina en La Rosaleda. El capitán blanquiazul está quemando etapas tras su lesión en los isquiotibiales de su pierna izquierda a principios de abril, en el partido en el Anxo Carro ante el Lugo. Pese a que solo realizó parte del trabajo con el grupo, tiene tres sesiones más para ponerse a punto de cara al choque ante el Fuenlabrada de este sábado.

Otro que quema etapas pero con el que se trabaja con mucha cautela es Iván Calero. Al lateral diestro, sin ficha tras su grave lesión, una rotura parcial en el cruzado de su rodilla izquierda, se le pudo ver este martes pisando el verde del Anexo realizando trabajo individualizado. Ya viene días atrás dejando buenas sensaciones con respecto a su recuperación, mejorando los tiempos y apuntando con descaro hacia la pretemporada. Tiene contrato hasta 2023, de los hombres con mayor lapso de tiempo firmado.

Menos optimismo hay aún con las recuperaciones de Alberto Escassi, Josua Mejías e Isma Casas. Los tres alternaron parte de la sesión entre el gimnasio y el césped, aún ajenos a la dinámica del grupo pero con tiempo suficiente como para estar disponibles el próximo sábado ante los fuenlabreños.

Con respecto a la sesión, cabe destacar la siempre notable presencia de canteranos. Estuvieron los filiales Gonzalo, Ale Benítez, Cristo, Ramón, Quintana, Mini y Murillo, este último central fijo en los esquemas de Funes y Bravo en el Malagueño que fue la novedad de La Academia en la sesión; así como los juveniles Andrés Caro y Larrubia.