Pablo Clavería fue jugador del Málaga durante la temporada 2017/18, enrolado en las filas del Atlético Malagueño a las órdenes de Manel Ruano, primero, y de Dely Valdés, después. El madrileño, formado en las categorías inferiores del Rayo Vallecano, con el que llegó a debutar en Primera y Segunda División, fue parte importante y artífice del último ascenso del filial blanquiazul a categoría de bronce, de donde quedó relegado el pasado año, ya sin el mediocentro entre sus filas.

Poco más de dos años después, Clavería es parte importantísima del Fuenlabrada, rival que visitará La Rosaleda este domingo, lugar que no pudo pisar el mediocentro pese a que estuvo en la mirilla de Míchel durante su periplo en el primer equipo en la élite –le llevó convocando a Soria ante el Numancia en Copa del Rey pero no le hizo debutar–.

Clavería, poco después de aquella llamada de Míchel tras varios entrenamientos con el primer equipo, cayó lesionado de gravedad en un partido ante el Guadix con el Malagueño. El mediocentro, tras un mal giro, se rompió el menisco externo y frenó en seco su progresión con el Málaga, recuperándose para el tramo final de la temporada, donde fue importante en la consecución del ascenso con el filial.

De Tercera a Segunda B, de Segunda B a Segunda... es lo que ha logrado Clavería en las últimas dos temporadas. Tras lograr el ascenso el pasado año con el Fuenlabrada a la categoría de plata, donde fue parte importante con 35 partidos disputados (32 como titular), el mediocentro madrileño de 23 años se ha asentado también en la categoría de la mano de su Mere Hermoso, su técnico, el cual le ha puesto sobre el tablero en 13 de los 14 partidos que ha disputado esta temporada el cuadro madrileño. Actualmente son terceros en la tabla en promoción de ascenso... y Clavería ya tiene experiencia en ello.