Resultado y crónica del Málaga CF - Alcorcón

(0-2) Fin de la pretemporada con derrota del 'filial'

  • Quinto partido de preparación en el que apenas hubo profesionales en el campo

Ismael Casas despeja un balón en el Málaga-Alcorcón.

Ismael Casas despeja un balón en el Málaga-Alcorcón. / Málaga CF

El Málaga no es el Málaga. Aún no sabe lo que es. Se le reconoce por la camiseta, el escudo y cuatro detalles más. No se sabe bien si se está reconstruyendo o descomponiendo. Quizás ambas a la vez. Quizás ninguna de las dos. Y así están las cosas después de jugar el quinto y definitivo partido de pretemporada, más útil para el Atlético Malagueño que para el primer equipo.

El resultado ante el Alcorcón ya era lo de menos, había que pasar el trámite después del terremoto reciente en el que José Rodríguez se marchó de la concentración y el club terminó de desprenderse de Adrián González y Munir. Es prácticamente imposible para Pellicer, y para cualquier otro, dar forma a un proyecto, a un equipo, en estas condiciones. No se duda del trabajo interno, que como no se ve en ocasiones se convierte en un acto de fe, pero los tiempos son los que son y Tenerife está a pocos escalones de distancia.

Es descorazonador en este contexto ver que muchos futbolistas jóvenes no entiendan que tienen la oportunidad de sus vidas delante sus narices. A falta de profesionales, ante la ausencia de fichajes, Pellicer está obligado a tirar de canteranos. Algunos muestran carácter y ganas, pero son bienes escasos. Se espera más de hombres como Iván Jaime y Ramón Enríquez, que deben entender que las fórmulas que han usado en estos años no son completamente compatibles con la Segunda División

Pellicer sólo contó o pudo contar con Dani Barrio, Rahmani y Orlando Sá (a Ismael Casas se le puede poner un asterisco) y no se sabe aún si alguno de los tres podrá vestirse de corto en el Heliodoro Rodríguez López. Terrible situación de un Málaga arrastrado por los suelos.

Hubo bolo matinal, sí, y deja indiferente. ¿Qué vas a pedir al fin y al cabo? Se adelantó el Alcorcón a los 40 minutos casi por inercia. Laure apuró línea de fondo, la puso en el área y el balón llegó a los pies de un Barbero -solo pese a la cantidad de blanquiazules que había alrededor- que batió a Barrio sin esfuerzo.

Lo cierto es que el partido fue un verdadero aburrimiento. Tampoco el cuadro alfarero puso mucho de su parte para amenizar la cita. A la hora de partido llegó el carrusel de cambios, que suelen agitar estos envites en su tercio final. Era la esperanza de los madrugadores espectadores que habían despejado su agenda con la húmeda intención de ver algo que les ilusionase.

Julio, que procedía de ese batallón de refresco, no tardó en forzar la primera ocasión en el 63'. Curiosamente la desbarató Samu Casado, otro producto de La Academia. Pero el Málaga pecó de bisoñez y facilitó al Alcorcón la sentencia (0-2, Gual, 66'). Mientras tanto se veía por la zona de banquillos a Luis Hernández, Lombán, Rolón, Renato Santos... No queda más remedio que tragar saliva y esperar que los días se lleven las nubes negras.

En un club de fútbol hay que exigir, y mucho, a todos sus integrantes. Porque si se está viendo esto en el verde es también por lo que se hace en los despachos. Ahí la figura principal es el administrador judicial, José María Muñoz, al que desde Martiricos se empeñan en otorgarle cualidades mesiánicas pero la nave no para de zozobrar. El Málaga no es una empresa al uso. El fútbol no son negocios. Sobran fotos y comunicados, faltan hechos y transparencia.

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