Sopló velas La Rosaleda, que celebró con algo de retraso su 80 aniversario. Una fiesta con una amplia lista de invitados de todo tipo que incluyó a varios miles de aficionados y en la que hubo espacio para recuerdos de todas las décadas, actuaciones musicales, un monólogo de Tomás García en clave malaguistas, entrevistas a múltiples personalidades y un gran colofón con toque pirotécnico y cánticos.

El acto lo condujeron el exfutbolista del Málaga y miembro de la Fundación Basti y la periodista Ana Mari Romero. El primero en aparecer fue el cantautor Iván Peláez, autor de un particular himno blanquiazul. Quien más risas arrancó fue Tomás García, malaguista confeso y que trajo un monólogo especial para esta cita lleno de referencias que hasta hicieron llorar de la risa a algunos jugadores, diana de algunas bromas.

Hubo ronda rápida de entrevistas a políticos como el alcalde Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación, Francisco Salado; y el secretario para el Deporte de la Junta de Andalucía, José María Arrabal; y por supuesto desfilaron blanquiazules de distintos ámbitos como Manolo Gaspar, Duda, Martín Aguilar, la familia Zambrana, Pérez Frías, Nacho, la familia Perales...

Al margen de los aficionados, el club acudió en masa, así como el equipo Femenino, el Genuine y chicos de La Academia. Estuvieron los jugadores del primer equipo, todo el cuerpo técnico con José Alberto a la cabeza. Entre los invitados también ex jugadores o el que fuera presidente Fernando Sanz.

Sobre las 21:10 hora se exhibió un videomapping de grandes dimensiones que se desplegó a lo largo de la grada de preferencia en el que se proyectó un documental que repasó la historia del estadio de La Rosaleda con la narración de Javier Ojeda y una voz femenina en primera persona que pretendía hacer las veces del propio estadio que interpretó La Nieta del Dulcero. También algunos testimonios históricos que incluyeron a jugadores legendarios como Sandro, Salva Ballesta, Fernando Peralta, Dely Valdés, Darío Silva, Weligton, Pellegrini, Baptista, Camacho... Ahí se rindieron los más de 3.700 espectadores.

En los instantes finales aparecieron en Preferencia aficionados del Fondo Sur 1904 llenando con sus banderas y cánticos el estadio, con toque pirotécnico. “¡Vamos a volver!”. No habría mejor regalo de cumpleaños. Y el himno acunó la despedida.