Málaga C.F.

El VAR mordió la lengua

  • En el Málaga cunde la resignación ante las repetidas decisiones arbitrales claves adversas pese a analizarse con las cámaras

  • El recelo a sanciones o represalias silencian

  • El goteo de jugadas más o menos dudosas que caen del lado rival es creciente

Los jugadores del Málaga protestan a Ocón.

Los jugadores del Málaga protestan a Ocón. / Marilú Báez

El Málaga acata con una suerte de resignación los dictámenes (o falta de correcciones) adversos del VAR. Pellicer se muerde la lengua en la sala de prensa por miedo a sanciones que ya han padecido otros compañeros y alude a que no ha visto la jugada. A veces amaga, pero no alza la voz. Luis Muñoz, en caliente tras el partido, decía sobre la jugada de Folch sobre Soriano que “esa jugada en el centro del campo es falta de toda la vida”. Juan Soriano era entrevistado por el club al acabar, pero se obviaba cualquier mención a esa jugada. Las protestas quedan en el campo. Ocón Arraiz se tragó el silbato cuando Folch lanzó la plancha en un balón dividido. Tan cierto es que Juan Soriano (impecable el resto del partido) no fue contundente en la salida en un balón en el área pequeña como que la pierna del jugador rival por encima de la cintura es de catón del juego peligroso.

Los propios jugadores del Tenerife celebraban su gol con un punto de incredulidad hasta pasados unos segundos. Entre juez de línea y árbitro principal no vieron nada punible. Se miró si había fuera de juego, que rompía Luis Muñoz. Pero no hubo indicación desde Las Rozas sobre la jugada de marras, que indignaba al malaguismo. O no consideró relevante ese pie levantado u Ocón estimó, tras la supuesta advertencia, que no era relevante para conceder el gol.

Son ya una miríada de decisiones arbitrales, cual goteo molesto, las que cayeron del lado contrario. Tras 40 partidos sin penaltis a favor, se pitó uno ya intrascendente en el partido ante el Sabadell. Hay sensación de que el número de tarjetas es excesivo para cómo se emplea el equipo respecto a otros de la categoría (está 11º en la tabla, con 71 amarillas y cuatro rojas). Y que en las decisiones claves, la balanza siempre cae del otro lado. Y eso, al final de una temporada, son un buen puñado de puntos. La promoción de ascenso está a ocho puntos y el colchón con la zona de descenso se mantiene en 11.

No se puede desviar del ánalisis que el Málaga, el rival también juega, vivió muy atrás y pudo desarrollar peor su juego que en partidos anteriores. Queda de puertas para adentro la autocrítica. Como también la crítica hacia los colegiados. El temor a que alzar la voz cueste más caro que callarse está latente. El VAR mordió la lengua. Discrepar no siempre es faltar al respeto.

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