El Málaga camina por su propio sendero tanto en los hechos como en las sensaciones. Son tantas las cosas que suelen suceder al club de Martiricos que las medidas temporales se expanden y contraen a su manera. Recuerden si no, el 19 de abril de 2019. Fue el día en el que debutó en el banquillo Víctor Sánchez del Amo al frente del conjunto blanquiazul. El recorrido desde esa noche en Alcorcón hasta hoy está tan lleno de piruetas que pareciera un lustro.

Venía el Málaga de despedir a Juan Ramón Muñiz, que tenía al equipo en zona de play off pero con parte del entorno en contra y un vestuario con problemas de fe en la idea. Al menos, un sector. Eso, junto con la relación tensa con Caminero y la inestabilidad del jeque Al-Thani, propiciaron el cambio de entrenador. Víctor cayó de pie en Málaga. Sus formas gustaron y el discurso estilo Mr. Wonderful calaron rápido. Los blanquiazules necesitaban terapia de choque y los resultados reforzaron las palabras. El debut en Santo Domingo resultó fundamental.

La idea de Víctor cuajó con facilidad. Más verticalidad, menos rigor defensivo y libertad para los artistas por encima de los corsés tácticos. A nadie le sentó mejor que a Javi Ontiveros, al que Muñiz venía tratando como un padre severo y corrector. Pero el marbellí era (es) un extremo salvaje, de talento puro. En Alcorcón rompió las cadenas y allanó el camino de su nuevo técnico.

Ese primer partido de Víctor fue el comienzo del reimpulso del Málaga, que terminó tercero la fase regular y llegó al play off como favorito a pesar del desenlace final. Su primera alineación fue la siguiente: Munir; Cifu, Lombán, Pau Torres, Ricca; Keidi Bare, N’Diaye; Renato Santos, Adrián González, Ontiveros; y Blanco Leschuk. También jugaron Lacen, Mula e Iván Alejo.

El extremo marbellí abrió el marcador a los doce minutos y Adrián firmó el 0-2 en el 28’. Recortaron los madrileños tras un penalti absurdo al filo del descanso, pero el Málaga de Víctor se gustó y Renato Santos (53’) y el propio Ontiveros –de falta directa– ampliaron la ventaja para dejar el definitivo 1-4.Víctor se sentó en el banquillo por última vez en Oviedo el 5 de enero. Ni nueves meses en el puesto. Aunque parezcan más.