El Málaga sigue siendo un club atractivo para los jugadores pero también para los distintos entrenadores. Llegan a Martiricos numerosos ofrecimientos directos e indirectos de técnicos dispuestos a tomar las riendas del conjunto blanquiazul. Sucedía cuando parecía imposible que la próxima temporada hubiese un inquilino distinto a Sergio Pellicer y sigue sucediendo. Ahora con más intensidad después de que las partes no hayan conseguido alcanzar un acuerdo tras las primeras tomas de contacto (contra todo pronóstico).

Hay diversidad de perfiles, cachés y experiencia. Hasta ahora el Málaga había dejado esta puerta cerrada porque Pellicer era (y es) el plan A, pero los recientes acontecimientos han cambiado el escenario. Existe desconcierto en el club, que no imaginaba que la renovación del entrenador de Nules fuese a enquistarse, todo lo contrario. Lo esperado era que hubiese un cierto tira y afloja entre las partes y finalmente un acuerdo en un punto intermedio entre los intereses de cada parte. Dentro siempre, claro está, de los márgenes de sostenibilidad del propio Málaga, que huelga decir que continúa en una situación delicada.

Las manifestaciones del director deportivo y en alguna ocasión del mismo administrador judicial siempre han ido en un sentido: Pellicer tiene que seguir siendo el entrenador. Y el técnico también se mostró siempre en una posición clara, la de que jamás sería un “problema para el Málaga” ni el dinero un obstáculo. Pero la postura del técnico de Nules se fue volviendo cada vez más ambigua.

Nadie se imagina a día de hoy un Málaga que no esté pilotado en la parcela deportiva por Manolo Gaspar y Pellicer, arquitectos principales de este equipo que ha superado ampliamente las expectativas. El técnico dijo que lo aclarará todo cuando la permanencia sea matemática, aunque llevarse a los jugadores a los karts a pocos días de un partido hace intuir que no existe la más mínima preocupación interna.

Mientras tanto, el Málaga se prepara para todos los escenarios posibles. Si algo ha demostrado en los últimos tiempos es capacidad de reacción.