Leganés-Málaga CF: Otra vuelta al calcetín (2-0)

El Málaga sigue un escalón por debajo en calidad y contudencia con respecto a un nutrido grupo de equipos de Segunda División. Incluso de algunos que no andan finos. Aunque tuvo buen desempeño en la jornada anterior, cuando era casi un match ball, el Leganés le ha bajado al suelo. En las áreas, quedó claro siete días atrás, se debe ser más contundente. Esa contundencia también tiene que ser de la otra. No se puede volver de una salida sin una amarilla.

Se le dio muy rápido la vuelta al calcetín en Butarque. El Málaga saltó con osadía, empujado por la energía del triunfo ante el Deportivo de La Coruña y con idéntica alineación. Y precisamente eso le penalizó a los tres minutos de encuentro.

Un balón que pilló a contrapié al Málaga. Midió mal Einar Galilea, que saltó a cortar un balón que le quedó perfecto a Juan Cruz para cabalgar en solitario hacia la portería. El central vitoriano recuperó la posición y cerró de la mano de Herrero. El exmalaguista había perdido la opción del disparo, pero tuvo la inteligencia y la precisión para conectar con Diego García en boca de gol. Y aun así entró por fortuna, después de que la salvara en la línea Murillo pero el rechace diese en el cuerpo del punta pepinero.

No se achantó el Málaga, que trató de neutralizar el tanto local. La tuvo David Larrubia, a quien Juan Soriano sacó con el pie el que parecía que podía ser su primer tanto del curso. El meta, también con pasado malaguista, detuvo además el disparo de Rafita al rechace.

El Leganés aceptó la partida, envalentonado por su gol y necesitado de estímulos en Butarque, rondó con peligro la portería de Herrero. Los madrileños iban una marcha por encima.

El duelo se fue orientando hacia la normalidad, con alternativas para ambos, si bien el Leganés tuvo más y mejores ocasiones con varias acciones destacadas de un Juan Cruz que era el mejor sobre el césped.

Se esperaban cambios en el descanso por parte de Sergio Pellicer. Sorprendieron, sin embargo. Retiró a Chupete y metió a Eneko Jauregi en la delantera. Más llamativo aún fue que sentase a Einar Galilea para meter como central a Izan Merino, recién llegado del Mundial sub 20. No fueron elementos que distorsiaran el status quo del partido.

El que más cerca estuvo, como en la primera mitad, de lograr el empate fue David Larrubia. El malagueño recibió tras jugada de Juanpe, que estaba siendo el mejor de los malaguistas. Juan Soriano le cerró las puertas.

En los cambios también fue mejor y más listo el Leganés, que puso en el verde lo que era necesario y terminó por asestar un derechazo al mentón. Arriesgó el equipo en la salida de balón y tomó una decisión equivocada Dani Lorenzo. Su pérdida en la medular la convirtió en oro Peña, que lanzó un envío a la espalda de Izan, donde Álex Millán definió como los ángeles.

Antes de que el Málaga volviese a acercarse al área de Soriano, Naim anduvo cerca de sorprender a Herrero, providencial nuevamente.

Pudo marcar el gol del honor el cuadro malacitano antes de entrar en el añadido gracias a una falta lateral que despejó mal Soriano y que Lobete anduvo cerca de transformar. No era el día.

En los cambios también se vio que ahora mismo hay poco que rascar en el banquillo. Están teniendo minutos jugadores con una intrascendencia desoladora. Tampoco la lectura de Pellicer fue la mejor pese a que diga que la visión global desde la grada es más óptima. Otra vez a escalar la montaña con un ojo puesto en los jaleos judiciales. La rutinaria anormalidad de siempre.