La alegría ha sido mayoritaria entre la afición por la intervención del Málaga. Aunque el hecho en sí sea negativo porque confirma que había serios indicios de supuestas actuaciones irregulares de los propietarios, se observa algo de luz para revertir una situación complicada. Las reacciones han llegado desde diversos ámbitos, desde la alcaldía hasta a personas del fútbol español sin mucha relación con el club. Es una noticia de calado, sin duda.

Una manera más directa de expresarse fue la que se podía ver la pasada madrugada en la rotonda que el jeque aún conserva a su nombre en las cercanías de La Rosaleda. Siguiendo el hilo de la marcha fúnebre que se organizó antes del partido ante el Numancia hace dos semanas, un ataúd con la bandera de Catar fue colocado en el citado lugar para simbolizar la intervención judicial y que Al-Thani dejaba paso al frente del club. Una imagen algo tétrica que después se completó con la quema de banderas del país catarí.

El descontento ha aumentado hasta llegar a niveles insostenibles. Los presuntos delitos que se recogen en el auto de la jueza son de bastante importancia y describen una supuesta conducta delictiva reiterada en el tiempo. Los abogados de Al-Thani pidieron que se paralicen las medidas decretadas.