Oviedo - Málaga CF | Previa Jornada 19

Ganarse el descanso (16:00)

  • El Málaga rozaría el sobresaliente de vencer al Oviedo en el Carlos Tartiere antes del parón

  • Muñiz no podrá contar con N’Diaye y Lacen ocupará su lugar en el once 

Ricca y Muñiz, en un partido.

Ricca y Muñiz, en un partido. / Marilú Báez (Málaga)

Se acaba el año natural, se acaba un 2018 que empezó de manera horrible y que va camino de cerrar con sobresaliente. No era tarea sencilla frenar la caída de Primera a Segunda. Además tan dramática como fue, tan descorazonadora. En unos meses Juan Ramón Muñiz ha conseguido que el espíritu perdedor se transforme en uno ganador. Lo ha hecho sin grandilocuencia, ni generar tensiones innecesarias, sin vender miserias al exterior.

Es el regreso del Málaga a una identidad más propia, con gestos que recuerdan a lo que fue toda la vida como club y como equipo. Es cierto que no es un camino de rosas, pero 11 triunfos en 18 partidos es un balance más que curioso. Y porque en Segunda se está marcando un ritmo vertiginoso por parte de más equipos de los que acostumbra, de lo contrario, el Málaga sería un líder destacado.

Sí queda cierto sabor amargo porque el equipo bien pudo sumar algún punto más durante el recorrido. Aun así, la lectura global invita a ser positivos. Para un amante del trabajo y del medio-largo plazo como Muñiz, la felicidad nunca es completa pero tampoco la desazón es una norma. Aun con todo, le quedan cosas por pulir, como la capacidad para gobernar partidos fuera de casa con mano militar.

La cercanía del parón navideño obliga casi por una mera cuestión de costumbre a la reflexión y el balance. El Málaga, veníamos diciendo, está en el notable alto y hoy en Oviedo optará a sobresaliente. Ganar es irse de vacaciones sabiendo que está en cifras demoledoras y que tiene dos partidos más en enero para alcanzar el ecuador de la competición superando los 40 puntos.

Centro del campo

En el Tartiere tendrá la muy importante baja de Alfred N’Diaye. Su ausencia, con el paso de los partidos, se ha convertido en un problema por dos motivos distintos. Primero porque no ha terminado de ser continuo en su juego en lo que va de curso. Y en segundo lugar, no hay recambio en el banquillo capaz de equilibrar la balanza cuando el parisino salta de una lista por el motivo que sea.

Volverá a actuar Lacen en el doble pivote junto a Adrián. En circulación no siempre sale perjudicado el equipo cuando coinciden. Pero el físico de ambos da la sensación de que a veces se queda corto para una zona de tanta influencia. Y más en un Málaga que hace del desgaste bandera. También se cuela en la convocatoria, hablando de pivotes, Keidi Bare. El centrocampista del Atlético Malagueño ha adelantado por la derecha a Boulahroud.

Con todo, al Málaga debería llegarle para competir a un Oviedo lleno de dudas, con Anquela en la cuerda floja y con los resultados más recientes amargando en demasía. La ansiedad del equipo asturiano por regresar a la élite después de una travesía por el desierto tan alargada puede ser un factor en el que el Málaga puede apoyarse.

La alineación

En el once del Málaga, más allá de la baja forzosa de N’Diaye, se esperan pocos cambios. Muñiz ha cosido un equipo reconocible que se ha ido moldeando por las circunstancias, que no deja de ser un eufemismo que compila lesiones y méritos.

Munir tendrá como guardia suiza a Cifu, Diego González, Pau Torres y Ricca. Por delante el citado dúo Lacen-Adrián. En las alas viene comenzando con Pacheco y Juanpi, dejando a Ontiveros como agitador de las segundas partes. El experimento se ha traducido en dos victorias. Arriba los dos primeros defensas del equipo, Harper y Blanco Leschuk. El argentino lleva casi dos meses sin marcar y no ha estrenado su cuenta a domicilio. Le queda una bala en 2018.

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