Piden ayuda en Marbella para una sinhogar impedida que asegura que intentaron agredirla sexualmente

Tiene 44 años y vive en la calle. Desde junio, cuando entró en quirófano por una fractura de tibia que sufrió tras verse implicada en un accidente de tráfico, se desplaza en silla de ruedas. Su recuperación no ha sido favorable. De origen extranjero, es madre de tres hijos, todos ellos mayores de edad. Lleva unos meses viviendo en la calle y duerme, según su testimonio, en un banco de un parque de Marbella, lo que la hace aún más vulnerable. Ahora, un hombre de avanzada edad ha alertado sobre su situación al Equipo de Atención a la Mujer (EAM), un recurso social de intervención especializada que actúa en Málaga. Asegura que se trata de una persona sin hogar a la que dos hombres ya han "intentado agredir sexualmente" y que, además, ha soportado "humillaciones verbales".

El colectivo afirma que solicitará al Ayuntamiento de Marbella "medidas urgentes de amparo" para garantizar la protección de esta mujer y el refuerzo de los dispositivos de seguridad en la zona. Pide también intensificar las "batidas policiales" y reforzar la presencia nocturna en lugares frecuentados por personas sin hogar, con el objetivo de prevenir "nuevas agresiones y salvaguardar la integridad de las mujeres en situación de especial vulnerabilidad".

Al entrevistarse con los trabajadores, Jana ha manifestado que, en el transcurso de la madrugada, han sido varias las ocasiones en las que varios individuos la han "abordado con propuestas sexuales en la vía pública y en parques donde se resguarda, sufriendo además intentos de agresión, robos de pertenencias y humillaciones verbales al negarse a tales exigencias", según la información difundida por el equipo de profesionales que la ha atendido. La mujer, por el momento, ha rehusado presentar denuncia ante la Policía.

Tras saber el aviso del ciudadano, el EAM contactó con la mujer afectada y actualmente trabaja en la "recopilación de datos necesarios para dar respuesta a sus necesidades de atención y protección", así como para instruir los hechos ante las autoridades competentes.

Las profesionales que forman parte de este recurso social afirman que han realizado gestiones con el Consulado del país de origen de la víctima y con el centro hospitalario donde recibe atención de manera regular, con el objetivo de "reforzar el acompañamiento y garantizar la cobertura de sus necesidades médicas, sociales y legales".

En este contexto, la colaboración ciudadana ha resultado decisiva. Un hombre mayor, conmovido por el caso de esta indigente, le compró un teléfono móvil para que pudiera comunicarse con los servicios de atención y le entregó 100 euros para cubrir sus necesidades inmediatas. En la llamada que realizó al Equipo de Atención a la Mujer pidió ayuda urgente para ella, insistiendo en que no se le puede dejar "desprotegida".

Desde el servicio se recuerda que la violencia sexual constituye una violación de derechos fundamentales y se hace un llamamiento a la ciudadanía y a las instituciones para que se mantengan alertas y colaboren en la protección y apoyo de las mujeres que sufren situaciones de riesgo.