Gastronomía

Mythopia, referente mundial de vinos naturales, tendrá una versión andaluza hecha desde Mijas

Simbad Romero muestra dos de las primeras botellas elaboradas Simbad Romero muestra dos de las primeras botellas elaboradas

Simbad Romero muestra dos de las primeras botellas elaboradas / Javier Flores (Mijas)

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· Javier Flores

Los vinos naturales son tendencia y hay un mercado creciente que apuesta por este tipo de producción en la que se reduce al mínimo la intervención del hombre durante el proceso en bodega y también se trata el viñedo de forma ecológica buscando que el campo logre un equilibrio natural que haga reducir también al máximo la intervención en el cultivo.

Una de las grandes marcas de este mundo es Mythopia, creada en Suiza en la región montañosa de los Alpes en el pequeño pueblo de Arbaz, y que en la actualidad es uno de los grandes referentes del sector a nivel mundial, aunque tan solo elabora unas 10.000 botellas al año que prácticamente tienen destino antes de salir al mercado. Algunos de los mejores restaurantes del mundo, como Noma, son los lugares elegidos por sus responsables para que se pueda degustar alguno de de estos vinos naturales que no contienen sulfitos.

Ahora, gracias a la colaboración entre Rudolf Ballauf y Hans Peter Schmidt la firma tendrá su versión andaluza, en concreto, ubicada en Mijas, localidad en la que se encuentra el viñedo y la bodega de Hacienda Los Arcos en la que se lleva trabajando en este proyecto desde hace cinco años.

Mythopia Andalusia, la marca hecha en Mijas

De momento, sus vinos, que se comercializarán bajo la marca Mythopia Andalusia, no tienen previsto salir al mercado antes de Navidad, siendo guardados en secreto hasta ese momento. No se puedan catar. Tan solo aquellos que están participando en el proyecto y su elaboración tienen acceso a probarlos, el resto de los potenciales clientes tendrán que esperar para degustarlos a que lleguen al mercado. Ni en le propia bodega se pueden probar.

Una versión andaluza que será el extremo opuesto a las elaboraciones que se realizan en Suiza. Allí se trata de un clima extremo frío y en la versión malagueña se trata de un clima extremo pero cálido. Dos versiones diametralmente opuestas pero con una misma forma de trabajar.

La cubierta vegetal permanece todo el año en el viñedo La cubierta vegetal permanece todo el año en el viñedo

La cubierta vegetal permanece todo el año en el viñedo / Javier Flores (Mijas)

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Un proyecto cargado de particularidades y que llevan al enólogo de la bodega, Simbad Romero, a considerar que no existe nada parecido en estos momentos en España. “No creo que en España exista otra bodega que trabaje de este modo, yo no la conozco”, asegura mientras explica las características del proyecto.

Una idea que ya es diferente desde el viñedo, ya que el cultivo y cuidado del mismo está lleno de particularidades para buscar el equilibrio natural y aportar a la planta todo aquello que pueda necesitar sin necesitar recurrir a productos químicos.

Equilibrio natural en el viñedo

Además de mantener la cubierta natural y no utilizar el arado, el viñedo cuenta con un sistema de riego subterráneo a unos 40 centímetros de profundidad, zonificado y dotados de sensores para aportar la cantidad de agua estrictamente necesaria que demandan las plantas, lo que también permite ahorrar agua y evitar la evaporación. Para ello cuentan con sensores de humedad en diferentes puntos de los viñedos.

Un sistema que también permite poner en marcha otra de las peculiaridades de la bodega, ya que cuenta con depósitos en los que realizar mezclas de humus natural producido en la propia finca y fermentaciones realizadas con restos de frutales y arbustivas y azúcar que aportan nutrientes directamente a la raíz de la planta y crear así una colonia de microorganismos. Unos árboles frutales que se pueden encontrar en diferentes zonas de la finca, incluyendo el interior el propio viñedo, en el que también se encuentran algunos ejemplares de olivos.

El carbón vegetal se elabora en la propia finca El carbón vegetal se elabora en la propia finca

El carbón vegetal se elabora en la propia finca / Javier Flores (Mijas)

Incluso cuenta con un sistema para la producción de carbón vegetal, un producto que mezclado en su justa cantidad con compost propio que también aseguran que fortalece el crecimiento de las plantas que todavía son jóvenes. Un trabajo que se realiza de forma manual y planta a planta.

Depredadores naturales contra las plagas

Además, en los alrededores del viñedo también se encuentran plantados rosales silvestres que atraen a una avispilla que es depredador natural del mosquito verde, evitando de este modo tener que realizar tratamientos

De forma paralela, en la finca también se han introducido casas para murciélagos, otro depredador natural de los mosquitos. Un proyecto que coordinada el experto Antonio Moret y que está teniendo buenos resultados, ya que son casi una veintena de quirópteros los que han elegido estos refugios para vivir. Desde allí realizan sus salidas para cazar mosquitos, siendo unos grandes depredadores de los mismos.

La finca cuenta con refugios para atraer a los murciélagos. La finca cuenta con refugios para atraer a los murciélagos.

La finca cuenta con refugios para atraer a los murciélagos. / Javier Flores (Mijas)

Y si especial es el cultivo y cuidado de la vid, no menos lo es la vendimia, una actividad que en nada se parece a la que se realiza en otras bodegas. De hecho, son los depósitos de 1.000 litros los que salen al encuentro de la uva en el propio viñedo, ya que tras cortar los racimos se depositan enteros dentro de los mismos para una vez llenos ser llevados a la bodega. Una vez allí permanecerán tapados durante un año sin ningún tipo de intervención, un tiempo en el que primero se produce una maceración carbónica y posteriormente una fermentación intracelular provocando que dentro de los granos de uva se encuentra vino cuando se abren. Tras este tiempo se procede al prensado de la uva para obtener el vino que pasará por gravedad a ánforas de barro de terracota hechas a mano de 200, 300 y 500 litros en las que permanecerá hasta su envasado. Y es que estos vinos prescinde de las habituales barricas para volver a los orígenes y formas de producción en los inicios de la elaboración de vino.

Vinos sin defectos

Eso sí, lejos de los pensamientos de algunos sobre este tipo de vinos, Romero lo tiene claro ya que “porque sea natural no se justifica que tenga defectos, nosotros hacemos vinos naturales y los hacemos sin defectos, no tenemos vinos que tengan malos olores”.

Además, asegura que hay que tener un especial control de las oxidaciones durante el trabajo en bodega, trasiegos, temperaturas o “jugar con el carbónico que se produce en la fermentación, con independencia de la fermentación que se haga, ya que ese carbónico lo tienes que utilizar para proteger tu vino”.

Trabajo en la sala de ánforas Trabajo en la sala de ánforas

Trabajo en la sala de ánforas / Javier Flores (Mijas)

En cuanto a la producción, con las dos hectáreas y media de viñedos con las que se cuenta en estos momentos , en las que hay plantadas Tintilla de Rota, Syrah, Tempranillo, Garnacha y Viognier se estima que se producirán también entre las 10.000 y 12.000 botellas, una cantidad que se espera que se agote rápidamente en el momento que se inicie la comercialización de los mismos. Tintos y un orange wine serán los primeros en llegar al mercado a base de estas variedades de uva. Eso sí, aquellos que quieran probarlos tendrán que pagar un mínimo 60 euros.

Además, existen algunas elaboraciones especiales como un tinto en crianza oxidativa que está ya casi sin color y que recuerda a un amontillado aunque conservando los aromas a frutas característicos de un vino tinto.

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