Temporada de abono. Teatro Cervantes. Fecha: 9 de enero. Programa: 'Triple concierto para violín, violonchelo y piano en Do mayor' y 'Sinfonía nº 8 en ¡Fa mayor' de L. v. Beetoven. Intérpretes: Friedemann Breuninger (violín), Arnaud Dupont (violonchelo) y Javier Herreros (piano); y la Orquesta Ciudad de Granada. Dirección y concertino: Friedemann Breuninger. Aforo: Casi lleno.

La imagen que de Beethoven ha quedado para la historia es la de un personaje de carácter áspero, atormentado por la sordera y por un destino que excede las capacidades humanas; imagen que, ciertamente, se ve confirmada por la grandiosidad y la dimensión trágica de sus obras más célebres. Sin embargo, existió también un Beethoven ocurrente, ingenioso, burlón; más humano, en definitiva. Dado el programa, todo apuntaba a que era esta faceta humorística del genio de Bonn la que habría de recrear la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) en el séptimo concierto de la temporada de abono del Cervantes. Para empezar, el Triple concierto para violín, violonchelo y piano, una de sus más conspicuas composiciones de música de sociedad, en la que se alternan el virtuosismo con los pasajes expositivos y, al mismo tiempo, la reflexión con la agudeza. Y seguidamente, la Sinfonía nº 8, que -con toda su idiosincrasia beethoveniana- es en sí misma una sucesión dehumoradas: la tomadura de pelo al final del primer movimiento, la chanza del metrónomo en el segundo o el hiperbólico finale, entre otras muchas. Pues bien, las cosas no fueron exactamente así.

No obstante la solvencia técnica de los solistas -miembros, a su vez, de la OCG-, el Triple concierto resultó algo anodino y falto de frescura en una lectura que pecó de academicista. Por otro lado, hasta el rondó no empezó a percibirse una orquesta asentada, cómoda y que, como quedó evidenciado en la interpretación de la Octava, tiene su mayor activo en la sección de cuerdas. Al margen de algunos tutti mejorables, lo cierto es que el registro sinfónico fue notablemente superior al concertante, sobre todo en los aspectos hermenéuticos y en los expresivos, poniendo de manifiesto el carácter humorístico de la composición.