La Fundación Málaga 2016 y el Colegio Oficial de Médicos materializaron ayer, a través de un convenio de colaboración, el apoyo del órgano colegiados a la candidatura de la ciudad a Capital Europea de la Cultura 2016. Con este acuerdo, el Colegio se compromete a dar su apoyo, a través de diferentes medios, a la candidatura y además colabora, de forma gratuita para la Fundación Málaga Ciudad Cultural, difundiendo la candidatura de Málaga 2016 a través de su revista colegial, cediendo, además, un espacio para la publicación de artículos. Del mismo modo, se cede también a la Fundación la sede colegial para la realización de eventos, exposiciones o actos que previamente le comuniquen.

Al acto acudieron el presidente de la Fundación Málaga Ciudad Cultural, Juan López Cohard, y el decano del Colegio Oficial de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque. Además de ceder tanto espacio en su revista como en su sede, el Colegio Oficial de Médicos de Málaga se identificará en todas sus sedes como entidad colaboradora a la candidatura Málaga 2016, enfocando además sus actividades sociales y culturales desde el objetivo de la candidatura.

Cuando aún tenía en las manos libros infantiles, Juan Eduardo Zúñiga quedó "deslumbrado" por una novela de Iván Turguénev y ya nunca dejó de admirar la lengua y la literatura rusas. Esa pasión la volcó en dos ensayos que aparecen reunidos ahora en el libro Desde los bosques nevados. Con este libro, que se presentó ayer en Madrid en un encuentro con la prensa al que asistieron el autor, el escritor Luis Mateo Díez y Joan Tarrida, director de Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg, inaugura esta editorial la publicación de la obra completa de Zúñiga, una de las voces narrativas más importantes del panorama literario español.

Subtitulado Memoria de escritores rusos, la obra que ve ahora la luz reúne dos ensayos antiguos, El anillo de Pushkin y Las inciertas pasiones de Iván Turguénev, más algunos textos nuevos. El resultado, dijo Díez, es "un bellísimo libro que contiene en algún sentido una parte sustancial de la poética de Zúñiga"; es "una inmersión en los grandes escritores rusos del XIX y, también, en el alma rusa". Tras aquel deslumbramiento inicial, Zúñiga se especializó en lenguas eslavas y en la cultura de esa parte del mundo.