Eugenio Chicano

Otro hueco en el corazón

El pintor malagueño Eugenio Chicano falleció el pasado día 19 a los 83 años.

El pintor malagueño Eugenio Chicano falleció el pasado día 19 a los 83 años. / Javier Albiñana (Málaga)

Se fue otro genio malagueño. Esta vez de las artes plásticas. Mi querido y admirado Eugenio Chicano se me fue mientras yo andaba de viaje. No nos dio tiempo para disfrutar la comida que planeábamos desde que murió nuestro común amigo Manuel Alcántara. ¡Ay, Eugenio! Bien sabías, porque Manolo nos lo dejó escrito en uno de sus poemas, el camino que había que coger para reunirse con los amigos: el camino de morirse. Y tú no has querido esperar y también te has ido dejándonos otro hueco en el corazón.

Conocía su obra y su trayectoria desde que era estudiante, allá por la segunda mitad de la década de los 60. Pero no fue hasta los años 90 que, a través de Manuel Alcántara, le conocí personalmente. Fue en una de las tertulias, a la que fui invitado por el poeta, de los que eran asiduos, además del Maestro, los pintores Fermín Durante, Jaime Rittwagen, Eugenio Chicano y el hermano de Fermín. Mi primera impresión con Eugenio fue la de estar en presencia de un grave y serio senador romano, más aún, de un Cónsul de la República de Roma, o de Catón o del mismísimo Cicerón. Pero no, Eugenio era serio en las cosas serias pero, como poseedor de una fina y aguda inteligencia, desplegaba su humor con ingenio entre la ironía y el sarcasmo.

De aquella tertulia en la que le conocí quiero recordar una anécdota que me sorprendió. Pensando, como pensaba, que estaba entre notables personajes de las bellas artes malagueñas, no podía imaginarme que la solución dada para comerse la última gamba que siempre sobraba en la fuente, fuese jugársela a los chinos. A partir de ahí pensé que aún eran más genios de lo que yo suponía.

Mi primera impresión con Eugenio fue la de estar ante un grave y serio senador romano

Sin duda Eugenio Chicano ha sido uno de los grandes pintores de la generación postpicassiana malagueña. La creación, junto a otros artistas, de los grupos Montmartre y Picasso allá por el año 1958, su participación en la fundación del Ateneo de Málaga, su participación en manifestaciones artísticas internacionales como Young Artist en Londres, 1966, o Realités Nouvelles en París, 1972, o su iniciativa para convertir la Aduana en el Museo de Málaga, le han consagrado también como el gran pintor inconformista y beligerante que siempre fue.

Amparado por Caliope, destacó no solo con el pincel, aparte de ser un flamencólogo excepcional manejó la pluma con maestría, haciendo unos bellísimos artículos de muy corta distancia, con un gracejo y una pericia literaria propia de un gran maestro. En esa época (primera década de este siglo) coincidimos como articulistas en este diario Málaga Hoy.

¿Cómo llenar el hueco que me has dejado? Vaya este artículo por ti, querido Eugenio, y como el camino de reunirse con los amigos es de todos conocido, ya nos reuniremos los tres para jugarnos a los chinos la gamba que sobre.

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