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La vida, nada menos: atrevimiento y técnica no bastan
Política cultural
Málaga/Su incorporación a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como secretario general de Innovación Cultural y Museos y director de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales recabó no poca atención el pasado febrero, pocos días después de anunciar su salida del CAC Málaga, el centro que había dirigido durante los últimos quince años. El consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, le convenció para "repetir en toda Andalucía el milagro de la transformación cultural que había tenido lugar en Málaga". Aceptó y dejó bien claras desde el principio sus intenciones de transformar de arriba a abajo los procedimientos, las personas e incluso las instituciones relativas a la política cultural autonómica, y desde entonces ha dado pasos bien concretos con este objetivo, no siempre exentos de polémica. Pero el envite ha sido decididamente breve: Fernando Francés ha presentado este lunes un escrito a la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, en el que solicita su dimisión. Y a lo largo de tres páginas da buena cuenta de sus motivos.
Admite Francés en su carta, a la que ha tenido acceso este periódico, que cuando aceptó incorporarse a la Junta de Andalucía "lo entendí como un reto temporal, como una misión transitoria", y deja bien claro que "la carrera política es lo último que yo deseaba". Y de inmediato arremete contra la propia Consejería: "Los criterios basados en el conocimiento del sector, en la selección por la calidad, en la ausencia absoluta de sectarismo político y en el pragmatismo de la gestión, no han sido comprendidos, ni en parte aceptados por quienes tienen dentro de la Consejería las responsabilidades más altas". "De hecho, he escuchado demasiadas veces que una cosa es la gestión privada y otra la pública. Es un hecho. Pero creo que a la gestión de lo público le iría mucho mejor si se le aplicasen modelos sin prejuicio alguno, de la experiencia civil y privada", lamenta.
En su misiva, Fernando Francés revisa algunos de los logros conseguidos bajo su gestión: la reestructuración de la Agencia de Instituciones Culturales, con fichajes como los de Almudena de la Peña en la Secretaría y Eva Díaz Pérez al frente del Centro Andaluz de las Letras (sin hacer mención a los polémicos ceses de Juan José Téllez, ex director de la misma institución, y de Rafael Doctor, ex director del Centro Andaluz de Fotografía), las nuevas líneas de subvenciones para el arte contemporáneo y los festivales de artes escénicas y música, el avance en el desarrollo de la Ley del Cine y la creación de un fondo de 425.000 euros (además de otros 100.000 para la misma Agencia) para la adquisición de obras de arte. Sin embargo, entre los asuntos pendientes destaca Francés la situación de las orquestas andaluzas, "muy mal gestionadas las de Sevilla y Granada y muy mal acostumbradas por haber sido siempre presa fácil de unos sindicatos insaciables (...) El libro, el flamenco, el arte, las demás músicas, el teatro, la danza, el circo, el cine, han tenido que reducir cada año sus asignaciones para salvar o aumentar en porcentajes no justificables a las orquestas. Esto es frustante porque quizá la clave es que existen demasiadas orquestas y están algunas, la ROSS (Real Orquesta Sinfónica de Sevilla) en concreto, sobredimensionadas". Precisamente, la posición de la Junta de Andalucía en las convocatorias de huelga en las orquestas de Málaga y Sevilla ha sido uno de los aspectos más criticados en relación a la gestión del secretario general.
También considera Francés "frustrante" que "no existan planes estratégicos de políticas culturales" y que "la oportunidad política hipoteque la acción y las tomas de decisión. Eso no lo he entendido en este pequeño tiempo en la política como creo que no lo entenderá la mayoría de los ciudadanos y profesionales de la cultura (...) La cultura es un instrumento de cambio social, un elemento transversal de transformación, pero es inútil cuando sus necesidades y las decisiones que deben tomarse para hacer eficaz se ven truncadas por actitudes pusilánimes". Y añade: "Nunca antes me había quemado tanto en un trabajo en tan poco tiempo. La ilusión se ha evaporado".
Respecto al futuro, apunta Francés su deseo de "tomarme un tiempo sabático para ocuparme de proyectos alejados del arte y la cultura y más próximos unos al turismo y otros al desarrollo social de sectores desprotegidos como los niños y jóvenes con capacidades distintas". En este sentido, cabe recordar que Francés dio en su momento el salto al negocio inmobiliario con una promoción de viviendas en el entorno de la Plaza de la Merced, en Málaga, que previsiblemente irán destinadas a apartamentos turísticos.
Fuentes de la Junta de Andalucía señalaron tras la divulgación del anuncio que Fernando Francés "fue convocado para transformar las estructuras de la acción cultural de la Junta de Andalucía", y que justamente éste es el legado que deja tras su breve paso por la Consejería. Un periodo no precisamente sencillo, marcado por las acusaciones de incompatibilidad de varios grupos políticos después de que anunciara la venta de la empresa con la que había gestionado el CAC Málaga, así como los requerimientos de la Justicia por el caso Invader en Málaga o por la denuncia por la presunta agresión a la artista Marina Vargas. La Consejería de Cultura se ve así obligada a pasar una página difícil mucho antes de lo previsto.
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