Cultura

Hitler vuelve en el Museo Madame Tussaud de Berlín

  • El nuevo edificio acoge la figura del dictador hecha de cera, además de 75 personajes célebres de la historia reciente

El nuevo museo de Madame Tussaud en Berlín hizo efectivo ayer el retorno de Adolf Hitler gracias a una figura de cera con la que el dictador es presentado en sus últimos días, reducido en su búnker pero con mirada desafiante, lejos de la imagen más humana que ofreció Bruno Ganz en El Hundimiento. El primer contacto visual con la figura del dictador consigue poner los pelos de punta a cualquiera que se adentra en la oscura sala ambientada con el estruendo de las bombas aliadas, vigilada en todo momento por una cámara de seguridad.

Sentado tras una mesa, un pensativo Führer extiende su mano derecha sobre un libro, que tal vez pudiera ser su diario, o quizá, se trate de su cuaderno de estadista en el que acaba de escribir su plan B.

La decisión del Madame Tussaud de incluir la figura de Hitler en su nueva sede de Berlín, ha levantado ampollas entre la clase política alemana, que la calificó de "mal gusto", mientras que el alcalde de la capital, Klaus Wowereit, expresó en una carta su preocupación por la llegada del Führer a Alemania, en donde está prohibida la simbología nazi.

En la presentación a la prensa, una banda separaba la escena de los expectantes periodistas que se apiñaban para conseguir la polémica instantánea, mientras un responsable del museo recordaba que las fotografías no estarán permitidas a partir del sábado, día de apertura al público.

En la multitudinaria presentación a la prensa, los responsables del nuevo Madame Tussaud de Berlín explicaron que la decisión de aislar a Hitler de los focos responde a su "deseo de respetar a los millones de víctimas fallecidas durante la Segunda Guerra Mundial".

Polémica aparte, el nuevo museo situado en la céntrica Avenida Unter den Linden reúne en sus 2.500 metros cuadrados a 75 personajes célebres, repartidos en habitaciones clasificadas por temas: políticos de ayer y de hoy, científicos, artistas y deportistas.

El artífice de la unificación alemana Otto von Bismark da la bienvenida al museo mientras su gran espada invita a descubrir las habitaciones de la planta baja donde espera Carlos Marx.

Grandes nombres de la Guerra Fría como John. F. Kennedy, Winston Churchill o Mijail Gorbachov dan paso a generaciones más recientes de políticos, como el ex canciller Gerhard Schröder o el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit.

Junto a la canciller alemana, Angela Merkel -un tanto rejuvenecida por el milagro de la cera-, el visitante podrá ofrecer un discurso a la nación.

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