El Salón de los Espejos del Ayuntamiento se vistió ayer de gala para recibir al escritor, filósofo y poeta Ignacio Gómez de Liaño (Madrid, 1946), que presentó su último libro, En la red del tiempo 1972-1977. Diario personal, recientemente publicado por la Editorial Siruela, en un acto organizado por el Instituto Municipal del Libro. El encuentro contó además con la participación del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el concejal de Cultura, Damián Caneda: y el consejero del mismo Instituto, José Manuel Cabra de Luna, quien glosó de manera amplia y eficaz la figura y la obra de Gómez de Liaño, autor de una jugosa obra poética, dramática y filosófica en la que aborda tanto la herencia clásica en virtud de un humanismo espiritual y renovador como los retos sociales y políticos del presente, no desde determinadas consignas al uso sino desde el más hondo compromiso con el hombre, el conocimiento y la palabra. Al mismo tiempo, el autor mantiene una absoluta independencia respecto al medio intelectual y cultural de su tiempo, de la que hizo gala en su momento con una contundencia que quedó ayer recordada: "Siento repugnancia a implicarme en el mundo intelectual en el que por lo demás estuve y conozco bien. Mi razón es mi deseo de vivir libremente, no atado ni estúpidamente envanecido. Una de las cosas que más quiero evitar es tratar con intelectuales".

Cabra de Luna apuntó precisamente durante su intervención que, en esencia, En la red del tiempo "trata de una hombre libre; pero con un afán de libertad que va más allá de la libertad política porque aspira a una libertad total del espíritu". Al presentar sus diarios de juventud, Gómez de Liaño evocó los años en que fueron escritos, un periodo difícil en el que tuvo que enfrentarse al Régimen franquista en varias ocasiones, especialmente cuando se decretó su expulsión de la Universidad a cuenta de un expediente polémico e injusto. Su interés, no obstante, ha sido el mismo desde entonces: la palabra, el hombre y su luz.