Premios Goya en Málaga

Los Goya refuerzan la posición clave de Málaga para el cine español

  • La designación del Teatro del Soho como sede de la gala que tendrá lugar en febrero responde a una decisión unilateral de la Academia de Cine y abre el camino a un cambio de modelo

Foto de familia de los ganadores de los Premios Goya, el pasado enero en el Palacio de los Deportes Martín Carpena.

Foto de familia de los ganadores de los Premios Goya, el pasado enero en el Palacio de los Deportes Martín Carpena. / Marilú Báez (Málaga)

Ahora suena casi, casi, a chiste: pero hace dos años, Málaga no había manifestado interés alguno en acoger la gala de los Premios Goya del Cine Español. En gran medida, la falta de aspiraciones en este sentido se debía a la dolorosa ausencia en la ciudad de un auditorio idóneo para para la celebración de un encuentro semejante. Y, en este sentido, la designación de Sevilla como sede de los premios para la edición de 2019 dejó a Málaga en una posición, cuanto menos, delicada: después de casi dos décadas de celebración ininterrumpida en Madrid, los Goya volvían a salir de la capital (la última vez que se acordó una medida semejante fue en 2000, cuando Barcelona acogió una gala que en muchos sentidos entrañó un sonoro desastre) y Sevilla se imponía a otras competidoras que habían mostrado su interés en acoger el sarao, como Valencia, Palma de Mallorca y Granada, entre otras. Que, siendo sede del festival de cine español de mayor proyección, Málaga no hubiera movido un dedo para postularse, se interpretó de inmediato como una anomalía que de alguna forma llegó a escocer, por mucho que la carencia de unas instalaciones óptimas pudiese entrañar un argumento tajante para zanjar la cuestión. De modo que nada más celebrarse los Goya en Sevilla, Málaga emprendió una ardua tarea diplomática, con el director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, al frente, para ganar el favor de la Academia de Cine con vistas a la gala de 2020 y con el Palacio de los Deportes Martín Carpena como única solución en cuanto al emplazamiento. Finalmente, el trabajo obtuvo sus frutos: hace ahora un año, la Academia de Cine designó a Málaga como sede de la gala de los Premios Goya que habría de celebrarse el 25 de enero de 2020. Para hacerse con tal mérito, al que también habían aspirado Palma de Mallorca y Valencia, la ciudad se comprometió a satisfacer un canon de dos millones de euros (del que se hicieron cargo el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y Unicaja) a la Academia de Cine para la organización del evento y el traslado de candidatos y académicos. Además, el Ayuntamiento correría en solitario con los gastos (cifrados 700.000 euros) derivados de la adecuación del Martín Carpena, con una intervención que debía transformar un palacio de los deportes de 12.000 butacas en un auditorio con 3.000. En Sevilla, el Ayuntamiento había aportado en solitario un millón de euros al que se unieron 750.000 de patrocinios privados para un canon 250.000 euros más barato que el malagueño y sin necesidad alguna de reformas. En cualquier caso, los cinco millones de impacto económico directo que Sevilla había puesto sobre la mesa en el balance final daban por buena la jugada para las aspiraciones malagueñas.

Un momento del homenaje a Pepa Flores, quien finalmente no acudió a recibir el Premio Goya de Honor. Un momento del homenaje a Pepa Flores, quien finalmente no acudió a recibir el Premio Goya de Honor.

Un momento del homenaje a Pepa Flores, quien finalmente no acudió a recibir el Premio Goya de Honor. / Javier Albiñana (Málaga)

Así quedó asociado de una vez el nombre de Málaga a los Premios Goya. El acondicionamiento del Martín Carpena se materializó en sólo diez días y, para colmo, con inundaciones en la ciudad, pero los resultados fueron espectaculares. La gala tuvo sus luces y, eso sí, sus sombras, especialmente en la fiesta posterior, donde la organización quedó desbordada y donde quedó finalmente certificado lo que ya se había podido advertir durante la misma gala: que el Martín Carpena no era, de ninguna manera, un lugar apropiado para acoger un evento de estas características. Ni el Ayuntamiento ni la Academia de Cine hicieron mención alguna posteriormente al impacto económico ni al balance definitivo de la operación, pero la retransmisión televisiva de la gala, primera referencia en este sentido, perdió 200.000 espectadores respecto a la celebrada en Sevilla el año anterior (3,6 millones de televidentes frente a las 3,8 de 2019). Por más que el Ayuntamiento hiciera una lectura triunfalista, lo cierto es que incluso el mismo presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, pidió perdón por los errores cometidos en la organización de la gala. La posibilidad de que los Goya volvieran a salir de Madrid en 2021 quedaba, por tanto, pendiente de un hilo, por más que incluso se diese ya por hecha la celebración en Valencia en coincidencia con el centenario de Luis García Berlanga. Lo que de ninguna manera nadie esperaba hasta hace muy poco era que los Goya volvieran a Málaga.

Tras los fallos de organización en el Carpena, nada hacía presagiar un regreso

Pero tampoco nadie contaba, ni mucho menos, con una epidemia con la del coronavirus. Ante una coyuntura que obligaba a la Academia de Cine por reinventar el modelo y optar por una gala lo más virtual posible para 2021, con todas las medidas de seguridad puestas en juego y el aforo reducido hasta el mínimo imprescindible. La solución pasaba por un encuentro celebrado en red, con varias sedes conectadas en directo de manera virtual; pero hacía falta una sede central en la que tuviera lugar el elemento imprescindible: la entrega de premios. En este sentido, el propio Mariano Barroso vio clara la mejor opción y decidió solicitar la colaboración de Antonio Banderas para que la gala tuviese lugar en el Teatro del Soho, un escenario con algo menos de 900 butacas pero recién puesto de largo de manera brillante y dotado además de una productora de televisión propia con nada menos que María Casado al frente, lo que ofrece garantías de sobra para que el despliegue televisivo que la conexión en red exige llegue a buen puerto y los Goya tengan una emisión ciertamente feliz. Desde la misma Academia de Cine confirmaron que este acuerdo se estableció directamente entre la institución y el propio Antonio Banderas, sin intermediarios y sin intervención pública por parte alguna. De manera que Málaga se vio coronada con su segunda gala de los Premios Goya a celebrar el 27 de febrero de 2021.

La del Teatro del Soho será una gala atípica, por el formato y por la reducción necesaria de la espectacularización del evento. Pero estos cambios podrían no ser efímeros: en la Academia del Cine Español, de hecho, hay un debate abierto desde hace años sobre la gala de los Goya y la posible apuesta por un modelo menos multitudinario, menos frívolo y más centrado en el cine; una reclamación que podría verse satisfecha en Málaga con efectos duraderos. Por aquello de hacer de la necesidad virtud.  

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