Antiguos alumnos del colegio San Agustín de Málaga 'vigilan' a su Cristo de la Escalera, su último vestigio

Quieren preservar un mosaico de un crucificado de 1961 y, ante el temor de que la restauración del convento se lo llevara por delante, se reunieron con el subdelegado del Gobierno

El Ejecutivo aumenta tres millones el presupuesto de la Biblioteca de San Agustín tras hallar restos arqueológicos

La obra religiosa que la asociación de antiguos alumnos quiere conservar
La obra religiosa que la asociación de antiguos alumnos quiere conservar

A los antiguos alumnos del que fuera el Colegio de San Agustín sólo les queda su Cristo de la Escalera, el último vestigio del centro educativo. Un mosaico de un crucificado, datado en 1961, que quieren preservar a toda costa y que acaban de comprobar que continúa sano y salvo y en su lugar, aunque con una aparente puerta de madera apoyada sobre algunos de los mosaicos de la imagen. El edificio con más de cuatro siglos sobre sus espaldas se convertirá, si nada se tuerce, en 2026 en la nueva sede de la Biblioteca Pública del Estado en Málaga, cuyo montante asciende hasta 18 millones.

Son más de tres lustros los que la asociación lleva preocupada por el futuro del inmueble, en pleno corazón del casco histórico de Málaga junto a la Catedral y el actual Museo Picasso. El abandono fue tal que la maleza se apoderó del antiguo convento, uno de los monumentos más importantes con que cuenta la provincia. Y cuando entraron los equipos a limpiar, una excavadora acabó causando daños a la balaustrada de una escalera, lo que provocó que saltara la alarma con el Cristo.

El colectivo, que incluye también a los ex estudiantes de Los Olivos, acudió incluso a la mediación del ex senador y hoy diputado andaluz del PSOE José Aurelio Aguilar. Temían que la obra de reforma se llevara por delante la imagen así que propusieron retirarla. En julio de 2022, la entidad estudiantil anunciaba a través de Facebook que la Subdelegación del Gobierno tras consultar al Ministerio de Cultura confirmaba que la decisión era conservar al crucificado e integrarlo en el edificio restaurado. "Estaremos pendientes", anunciaba entonces la asociación que representa a los antiguos colegiales. 

Y así continúan, ojo avizor, y con contactos que les gustaría fueran más fluidos con la Subdelegación, según aseguran fuentes de la asociación de antiguos alumnos que en los últimos días sí han respirado tranquilos al comprobar que el compromiso del Gobierno central se está cumpliendo y que la imagen sigue ahí.

El final de las obras se retrasan a 2026

Las obras al Convento San Agustín se retomaron el pasado mes de julio tras haber estado medio año paralizada su restauración por la aparición de una serie de relevantes hallazgos arqueológicos, entre ellos, una cripta de enterramiento en uno de los laterales del edificio, caetarias romanas, mayor extensión de los restos de las murallas fenicias y los aljibes originales del convento, que exigen ser protegidos e integrados en el proyecto. El Ministerio de Cultura solventaba el trámite del proyecto modificado de este BIC, aunque el presupuesto se disparó en tres millones y el final de obra se retrasó a 2026.

En 2017 el Gobierno central señaló 2021 como la fecha factible en la que la nueva infraestructura cultural estaría abierta al público. No fue hasta junio de ese año cuando se adjudicó el contrato de las obras de consolidación del edifico, que tenían un plazo de ejecución de 45 meses, casi cuatro años.

Actualmente, el conjunto está compuesto por un primer cuerpo con fachada a la calle San Agustín, seguido a continuación de una crujía central de planta rectangular.

Junto a esta crujía se desarrolla el antiguo claustro del convento y, por último, existe una serie de dependencias inconexas entre sí, y de escaso o nulo valor histórico o monumental, fruto de sucesivas ampliaciones del inmueble hacia la calle Pedro de Toledo, incluida la zona de la sacristía del convento.

Un edificio con cuatro siglos de historia

San Agustín fue construido por los frailes agustinos a finales del siglo XVI. El edificio ha tenido una historia frenética que lo transformó después de la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX en sede del Ayuntamiento de Málaga, hospital y juzgados. Una vez que la Iglesia recuperó su titularidad, la orden religiosa estableció en 1918 una escuela que mantuvo operativa durante más de seis décadas hasta que decidió vender el inmueble para sufragar las obras del actual Colegio de los Olivos. Los últimos alumnos salieron del centro en 1972. Dos años después la Diputación compró el edificio y lo cedió a la Universidad de Málaga que lo convirtió en Facultad de Filosofía y Letras. Las primeras promociones de titulados en este área de conocimiento por la UMA acudieron a clase en el antiguo convento de San Agustín. La Facultad se mantuvo operativa hasta 1985, año en el que se trasladó a Teatinos. Durante la década siguiente la universidad emplazó en el antiguo convento sus estudios de español para extranjeros. Desde 1995 el inmueble no ha tenido uso. La Biblioteca Provincial contiene una colección de más de 400.000 documentos impresos y audiovisuales, de los que 150.943 son libros y manuscritos, 225.000 ejemplares correspondientes a 2.432 publicaciones periódicas y otros 40.000 libros impresos en Málaga.

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