Cultura

Los bronces de Moore, al raso de Alcazabilla

HENRY Moore (1898-1986) -y la que fue su amiga, Barbara Hepworth- son referentes de la escultura británica moderna. El programa Arte en la Calle, de la Obra Social la Caixa, ha diseminado por calle Alcazabilla seis bronces monumentales del artista, que permanecerán en este enclave hasta el 28 de junio. Si la idea es acercar el arte a quienes no pisan jamás un museo, centro de arte o galería, algo se consigue: siquiera indignar a un señor mayor -demasiado mayor para cambiar de parecer, me temo- que ve las obras de Moore como "una bobada" (sic). The Henry Moore Foundation colabora en una muestra que, en el peor de los casos, convierte las piezas en un pedestal improvisado para peques audaces (y en escenario para la foto de transeúntes). Y que en el mejor de los casos sirve, igualmente, para recordar las sinuosas figuras reclinadas del artista, que posan frente a frente en la trasera del Museo Picasso Málaga (el malagueño y el rescate del primitivismo fueron su inspiración): la Figura reclinada (1982) y la Figura reclinada en dos piezas nº 2 (1960), donde transforma el referente humano en accidente natural (así los pechos emergen montañosos, mientras la textura del material se vuelve rocosa a la altura de las piernas). Óvalo con puntos (1968-1970) y Pieza de bloqueo (1963-1964) son esculturas más abstractas que evocan los caprichos de la naturaleza, piedras engarzadas o elementos antropomorfos difícilmente detectables. Entrambos, Formas conectadas reclinadas (1969), la metáfora de la maternidad universal y protectora, la que engendra la vida. Por su parte, la Gran figura de pie: filo de cuchillo (1976) es una Samotracia inestable y basada en un hueso de pájaro que da la bienvenida a esta exposición al aire libre.

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