Santi carrillo. director de la revista 'rockdelux'

"El consumo musical ya no tiene ese poso emocional, es más de usar y tirar"

  • Carrillo dirige el Curso de Verano de la UMA y la UNIA 'Tres generaciones de música pop española' con el que se viajará desde Kiko Veneno a Niño de Elche, de la movida madrileña al indie

Santi Carrillo, ayer, en la terraza del hotel AC Málaga Palacio.

Santi Carrillo, ayer, en la terraza del hotel AC Málaga Palacio. / c. f.

-Dirige el curso de verano de la UMA y la UNIA Tres generaciones de música pop española, ¿cómo lo han planteado?

-Kiko Veneno empezó en 1977 con su mítico disco Veneno y a partir de él establecimos el orden cronológico. Loquillo ya estaba a finales de los 70 y principios de los 80 y Christina Rosenvinge que, aunque se dio a conocer más tarde en su carrera en solitario empezó con grupos a principios de los 80. Luego se incorpora el indie en la década posterior con J de Los Planetas como el cabeza más visible, Sr. Chinarro, Nacho Vegas y La bien querida, que aunque es posterior bebe de estas fuentes. Luego concluimos con Lidia Damunt y Soleá Morente y Niño de Elche que son la representación del nuevo flamenco. Niño de Elche un heterodoxo, que utiliza el flamenco para hacer otras cosas y Soleá Morente viene de la tradición de su padre pero en este último disco hace aproximaciones al pop. Están ellos y podrían haber sido otros, pero es un gran abanico.

-Han tenido una gran capacidad de convocatoria...

-Sí, supongo que basada en el respeto que muchos de ellos tienen a Rockdelux y el trato que hemos tenido desde hace mucho tiempo. Ha sido una deferencia que vengan diez músicos de esta talla. Estar en una universidad le aporta también a los músicos cierto caché intelectual. Les suele faltar el reconocimiento académico que muchos ya merecerían por su trayectoria profesional. También es una oportunidad para el que le guste la música tenerlos aquí durante una semana. Habrá entrevistas, mezcladas con desarrollos teóricos, explicarán sus carreras, ofrecerán maquetas, tocarán alguna canción...

-¿Cuánto ha dado el pop español en las últimas generaciones?

-A partir de la muerte de Franco la música en España se ve de otra manera. La movida madrileña revolucionó la manera de aproximarse al pop y en los 90 vino el indie. En paralelo está la onda flamenco rock que inicia Veneno en los 80 con Pata Negra, con Ketama y otros muchos. Pero esto no llegó solo. Hubo artistas y grupos que ya en los 70 se salían de cualquier norma, que eran principio y fin en sí mismos, rompieron moldes y demostraron que en España se podían hacer cosas de un nivel muy alto. Una decena de nombres dieron punto adulto a la música que se hacía entonces y son precedentes de los que vinieron después.

-¿Cuáles fueron sus orígenes?

-Todo viene de algo. Antes de Kiko Veneno estaban Lola y Manuel, Las Grecas, la familia Montoya, son producciones que hizo Ricardo Pachón, que produjo el disco Veneno y dos años después, La leyenda del tiempo, de Camarón, donde también estaba Kiko Veneno que ofreció el tema Volando Voy. Luego Camarón se convirtió en una divinidad, para los gitanos y para el resto del mundo.

-¿Qué supuso la movida madrileña?

-La movida madrileña fue un punto y aparte con lo que se hacía anteriormente, con el rock progresivo, el rock duro que se hacía en los 70. En la post movida intentaron hacer todo lo contrario y si antes habían cantado en castellano, el indie comenzó a cantar en inglés para darle la espalda a lo anterior. Sr. Chinarro también es muy propio del indie, empezó en la época de Los Planetas y ha crecido hacia un pop más accesible a la gente, dejando ese aspecto amateur que muchas veces representaba a esos grupos.

-¿En este intervalo, qué se ha perdido por el camino?

-Todas las escenas cuando empiezan tienen un punto de eclosión que hacen que sea excitante, es algo nuevo, desprejuiciado, que nace con voluntad de provocar, de ser atrevido y cuando estos grupos se establecen todo esto se convierte en un modo de vivir para ellos, en un trabajo. Racionalizan un poco su discurso y lo hacen más asequible al público consumidor para poder seguir viviendo. Intentan llegar al gran público, y no siempre lo consiguen. Además, en estos casos, muchas veces se consume tarde y mal, la gente llega tarde a estas cosas y se pierde los momentos más interesantes de casi todos estos grupos.

-¿En la escena actual hacia donde va el pop?

-Hay un pop que se ha vendido con la bandera de independiente y que para mí no lo es, como Izal, Supersubmarina, Vetusta Morla, que han mezclado este público pero que para mí son el mainstream, sin demasiada personalidad, muy eficaces en directo y eso les ha dado un valor para seguir creciendo. No tienen la personalidad que tienen los grupos a los que copiaron cuando empezaron, Los Planetas como el gran referente.

-¿Qué me dice del público joven?

-El público está muy diversificado, aunque es cierto que muchos apuestan por la música latina, que está creando un subproducto que viene de la conexión con el hip hop y la música trap. Para mí es de las cosas más interesantes que se están haciendo ahora mismo, por ejemplo, Yung Beef, Agorazein, Bad Gyal... Están renovando la música urbana con una mezcla de R&B, hip hop, trap, mucha música latina y es una nueva corriente que va a más y es donde está el público veinteañero. Han conectado muy bien, lo ven todo a través de Youtube y el producto físico del disco se ha perdido.

-El consumo musical ha cambiado enormemente, ¿para bien o para mal?

-Se ha perdido la mitificación que había antes por la música, antes era seguías a los grupos, era algo trascendental. Ahora la música se ha convertido en un elemento más de diversión y no tiene ese punto de transformación identitaria que tenía antes. No tiene ese poso emocional y es otra cosa, más de usar y tirar, aunque no por eso tiene que ser mala. Se aproximan a la música de una forma más superficial.

-¿Qué han supuesto plataformas como Spotify?

-Antes conseguir un disco era un ritual. Ahora lo ves todo tan antiguo, aunque antes nos pareciese maravilloso. Ahora todo está al alcance de un clic, lo más lejano que te puedas imaginar puedes buscarla y escucharla en ese instante. Lo malo es que esto sustituye a los discos físicos pero los artistas reciben muy poco por las escuchas. Así es muy difícil que un grupo pueda mantenerse. Ahora lo tenemos todo pero no pagamos por nada y el arte no es gratis. Un disco es el trabajo de un año, de dos años, de mucha gente y no puedes naturalizarlo de ese modo, hay que pagar por las cosas. Ser artista ahora mismo es una profesión de riesgo, no sabes en qué momento se puede girar el sentido de las cosas. Ahora para los artistas es más fácil el primer impacto pero más difícil mantenerse durante largo tiempo.

-¿Con este mundo digital y virtual, se pierde verdad?

-Ahora estamos demasiado pendientes de figurar, de estar en las redes con mensajes muy frívolos, muy poco consistentes, llegamos a extremos infantiles. Todo es más fugaz, más efímero. Hay demasiados estímulos y eso hace que la gente no se identifique con lo mismo durante mucho tiempo. Ahora no concibes que un grupo pueda llegar a su décimo disco.

-¿Quién ha sido para usted su último artista revelación?

-La irrupción del Niño de Elche creo que ha sido una de las cosas más determinantes que ha habido en la música española. Es un artista que va a trascender. También está Rosalía en el ámbito del flamenco. Aunque su primer disco era muy clásico y muy respetuoso, ahora en su segundo va asumir un riesgo muy fuerte. Es un talento que creo que va a ir a más.

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