Entre Ayuntamiento y Fundación Thyssen hasta ahora tan sólo mediaba un protocolo de intenciones. Pero dentro de dos semanas ambas entidades firmarán el convenio de cesión de las obras que formarán parte del futuro Museo Colección de Arte Thyssen-Bornemisza (en calle Compañía y colindantes). Así lo aseguró ayer el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre durante la visita a las obras junto a Carmen Cervera, propietaria de la colección. De los 180 cuadros que se expondrán en Málaga (de forma gratuita) durante 15 años, tan sólo está confirmada la presencia de un gran Zuloaga. Ayer, la baronesa consideró "prematuro" concretar otras firmas, aunque adelantó que se verán "grandes cuadros de pintores internacionales, no sólo españoles", afirmó en relación a la cesión de piezas fundamentalmente pertenecientes al siglo XIX.

El próximo otoño finalizarán las obras ahora en ejecución, para dar paso a las de los edificios de calles San Telmo y Mártires. Como recordó De la Torre, la adquisición del inmueble de calle Los Mártires "se está terminando", lo que supondría la culminación de la primera fase de este gran proyecto, presupuestado en 16,5 millones de euros (más los dos millones destinados a la rehabilitación del palacio).

Tras la visita a la ciudad el pasado abril para la firma del anteproyecto de adaptación y ampliación del Palacio Villalón, Carmen Thyssen regresó ayer a la ciudad como "expresión visible de la evolución de este proyecto", remarcó el alcalde. "Me siento feliz de poder cooperar para que sea un museo espectacular", expresó la baronesa acompañada de Tomás Llorens, ex conservador del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y asesor de la futura pinacoteca malagueña.

La superficie construida del conjunto arquitectónico asciende a 7.146 metros cuadrados, de los que 5.184 irán al área de museo -Villalón y edificios colindantes-, 1.350 al edificio para la tienda y anexos, y 612 para el edificio de la Fundación (de la que la baronesa será la presidenta) y la biblioteca.

El palacio de Villalón contará con elementos de interés que no estaban visibles y que ahora destacarán en el museo, como las factorías de garum descubiertas en su subsuelo y que se expondrán en su sótano. "Lo importante es que con proyectos como éste se salvan edificios históricos que de otra forma se hubieran destruido", advirtió Carmen Cervera para referirse a este inmueble del siglo XVI.