Los otros nombres de María Blanchard
Museo Picasso Málaga
El Museo Picasso Málaga presenta una gran retrospectiva dedicada a la maestra del cubismo, con más de ochenta obras que podrán verse hasta septiembre a modo de reivindicación proverbial de la artista
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Málaga/No hay, seguramente, artista más merecedora de reivindicación que María Blanchard (Santander, 1881 – París, 1932), la primera mujer que incorporó a su arte la estética propia del cubismo y, en todo caso, una referencia fundamental en las vanguardias del siglo pasado. Muy a pesar de la admiración profesada por contemporáneos como Juan Gris, Ramón Gómez de la Serna, Vicente Huidobro, Gerardo Diego y Diego Rivera, la creadora fue sepultada tras su muerte en París bajo un alud de silencio que sólo comenzó a resquebrajarse de manera tardía y lejos todavía de la reparación pendiente: la primera exposición en España de su obra no tuvo lugar hasta 1982 y, posteriormente, han sido contadas las ocasiones en que la artista ha sido objeto de muestras a su altura. Ahora, el Museo Picasso Málaga contribuye a saldar la deuda de manera decisiva con la retrospectiva María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo, que abre sus puertas al público este martes 30 y que podrá verse hasta el 29 de septiembre.
En parte, la escasa atención expositiva a la figura de Blanchard tiene que ver con la dispersión de su obra y la dificultad que entraña su localización y reunión. Tras su fallecimiento, el legado de la pintora se quedó en París sin que nadie lo reclamara desde España y a partir de entonces quedó en un limbo del que fue diseminándose para pasar a formar parte de una amplia nómina de museos y colecciones privadas, si bien la mayor parte pudo preservarse en el Centro Pompidou y el Museo Nacional de Arte Moderno de París. Así, la organización de María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo ha sido posible gracias a los préstamos de medio centenar de instituciones y colecciones, especialmente de Francia y Suiza además de España, así como de coleccionistas privados. “El Museo Reina Sofía había adquirido algunas piezas significativas que han prestado de manera generosa, igual que el Musée d’Art Moderne y el Centre Pompidou de París, que es donde se conserva la mayor parte del legado de la artista. Pero, a partir de aquí, hubo que emprender una búsqueda minuciosa en numerosos museos e instituciones públicas y privadas de España, Francia y Suiza. En cuanto a los coleccionistas, la obra de Blanchard es aún más dispersa. Por eso, que podamos ofrecer al público esta exposición es poco menos que un milagro”, explicó al respecto el comisario, José Lebrero, hasta el año pasado director del mismo Museo Picasso Málaga. El resultado de este órdago es una exposición de 85 obras que revisan toda la trayectoria de María Blanchard y que constituye una de las retrospectivas más ambiciosas de las dedicadas hasta ahora a la artista.
Así, la nueva exposición se distribuye en tres apartados bien diferenciados, tal y como explica José Lebrero: “El primero presta atención a sus años de formación en Madrid antes de su partida a París, un periodo marcado por las escenas familiares y costumbristas donde son visibles las influencias de Manet, Picasso y Fortuny. El segundo atiende a la explosión cubista que protagonizó Blanchard desde 1914, una revelación por la que corresponde reconocer a la pintora como la más grande artista mujer del cubismo. Y el tercero se detiene en el periodo postcubista que, a partir de 1920, cultivó Blanchard con una intuición figurativa, en la aprovechó todas las habilidades incorporadas durante su etapa cubista para la representación de personajes arquetípicos pero nunca reconocibles”.
Víctima de una escoliosis que ya desde antes de su nacimiento había venido dañando su columna vertebral, y que sumió a la artista en un pozo de dolor durante sus últimos años, María Blanchard hizo gala durante toda su vida de una independencia feroz a prueba de imposturas en un contexto especialmente adverso. Expatriada, sin una familia acomodada en España que garantizara su sustento en París (al contrario, fue ella la que acogió en su casa a familiares arruinados que acudieron a la capital de Francia a buscar suerte con una mano delante y otra detrás) y, tal y como explica Lebrero, con una apariencia física “que la apartaba decididamente del modelo de musa, modelo y amante con el que los artistas varones despachaban a las mujeres con ambiciones artísticas en el París de aquel tiempo”, Blanchard solo dispuso de su arte como tabla de salvación. Hasta el mismo Picasso reconoció su aportación al cubismo. Fue tal su discreción que, para sorpresa de los familiares y amigos que la despidieron, su funeral parisino se llenó de vagabundos y mendigos a los que una Blanchard enferma y sin apenas recursos había atendido en su casa sin conocimiento de sus allegados. Ahora, son sus obras las que revelan la profundidad y belleza de su descomunal mundo interior.
Además de la retrospectiva, el Museo Picasso Málaga ha organizado un ciclo de conferencias sobre María Blanchard que, tras la ponencia inaugural del mismo José Lebrero, continuará el 23 de mayo con una doble cita: la doctora en Historia del Arte y conservadora María José Salazar y la profesora en la Universidad de Oxford Xon de Ros protagonizarán un encuentro en torno a, por una parte, la figura de Blanchard como paradigma de los pinceles sin voz y, por otra, su condición de estandarte del genio femenino. Del mismo modo, un programa de investigación desarrollado con la colaboración de la Universidad de Málaga aspira a saldar otra vieja deuda en la definición de la artista, su vida y su obra como materias de estudio académico. Además del catálogo, la exposición servirá en bandeja la primera monografía dedicada a María Blanchard que se publica en inglés. La reparación definitiva de María Blanchard hace pues estación en Málaga con Picasso como aliado inestimable.
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