Cultura

Las ruinas de la comedia americana

EEUU, 2010, Comedia, 100 min. Dirección: Todd Phillips. Guión: Alan R. Cohen, Alan Freedland, Todd Phillips, Adam Sztykiel. Intérpretes: Robert Downey Jr., Zach Galifianakis, Jamie Foxx, Michelle Monaghan, Juliette Lewis. Música: Christophe Beck. Fotografía: Lawrence Sher. Cines: Larios, Vialia, Málaga Nostrum, Rosaleda, Plaza Mayor, Rincón de la Victoria, Alfil, Miramar, La Verónica. La Cañada, Ronda y Plaza del Mar.

En el confuso supermercado de la trasgresión organizada como mercadería de consumo masivo, Todd Phillips goza de éxito entre el público y hasta de cierto prestigio entre esa crítica que tiende a confundir el análisis de heces con su degustación. Sumando con habilidad, entre otros muchos elementos tomados del vertedero audiovisual, la grosería adolescente fomentada por la televisión, los desmadres grabados con teléfonos móviles, los disparates de la telerrealidad, el humor de trazo más que grueso de los Farrelly o Apatow y un toque de calité pos-underground, ha creado un microuniverso en el que la comicidad se basa en las gracias y desgracias de descerebrados.

Aquellas juergas universitarias, Escuela de pringaos o Resacón en Las Vegas, además de una revisión de Starsky & Hutch, son sus medallas. Resacón en Las Vegas estableció un récord de taquilla en la comedia para adultos y le valió un Globo de Oro. Esto es lo que hay.

A ellas se une ahora esta comedia disparatada y grosera, pero más mansa, que explota uno de los filones más antiguos de la comedia loca: el viaje que une forzosamente dos caracteres incompatibles, en este caso un arquitecto de éxito y un marginado con una rara capacidad para convertirse en pararrayos de catástrofes. La sombra de uno de los patriarcas de la nueva comedia americana, John Hughes, y la de su Mejor solo que mal acompañado, en la que el ejecutivo Steve Martin se veía obligado a viajar con el insoportable vendedor John Candy, cae sobre esta película. Y la reduce aún a menos de lo que es.

Y es que, comparado con Phillips, Hughes fue un Capra, el genial creador -hace 70 años- de la comedia loca de compañeros forzosos de viaje con Sucedió una noche; aunque de Capra a Hughes vaya la misma distancia que de éste a Phillips. Divertida a ratos, pesada los más, elemental siempre, con una buena interpretación de Robert Downey Jr. y una desquiciada intervención de Zach Galifianakis, esta comedia dará a su realizador más dinero del mucho que ya ha ganado (la grosería es un buen negocio, como demuestra la jackassización y el belenestebanismo) y prestigio entre cierta crítica. Al cine, en cambio, poco le aportará.

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