prehistoria

Todo el saber que aún abriga La Araña

  • El arqueólogo Julián Ramos lleva 40 años estudiando uno de los yacimientos más importantes de Europa, con medio millón de años de ocupación continuada

  • Hoy se abre un ciclo de ponencias

Una alta chimenea lleva un siglo marcando el lugar de la fábrica de cemento de La Araña. Pero éste no fue, ni de lejos, el primer uso de este territorio. Las cuevas horadadas en la piedra caliza de su entorno fueron hogar de pobladores cientos de miles de años antes. De hecho, los investigadores han constatado la presencia continuada de vida humana desde hace medio millón de años. El arqueólogo prehistoriador Julián Ramos, director de los yacimientos de la Araña, lleva cuatro décadas investigando sobre el terreno y asegura que "tan sólo estamos empezando a arañar la superficie" de uno de los yacimientos neandertales más importantes de Europa. De este periodo se han documentado más de 50.000 restos. Otros miles, del siguiente, del hombre de cromañón y la llegada posterior de los metales. Con el empeño de expertos como Ramos y el esfuerzo personal de voluntarios y colaboradores continúa vivo el enclave, protegido como Zona Arqueológica. Para difundir los descubrimientos y dar a conocer la riqueza del lugar, y de otros afines, cada año la Asociación Arqueológica Yacimientos de la Araña organiza un ciclo de conferencias. Hoy comienzan las charlas que se prolongarán hasta el 18 de mayo.

Sin apenas presupuesto, con la aportación de los socios y las donaciones de los visitantes, la intención es "seguir investigando y preservarlo para las generaciones venideras ", dice Julián Ramos porque, asegura, "aquí hay materia de estudio de primerísimo orden para siglos de estudio". La Araña tiene registrados seis complejos con una treintena de cuevas, la del Humo entre las más ricas descubiertas hasta el momento. Actualmente dos de ellas son visitables y el centro de interpretación se encuentra en funcionamiento desde 2012. Los escolares malagueños acuden casi a diario a conocer la Araña aunque aún queda mucho por hacer. "Tenemos mucha información, conocemos muy bien sus costumbres, sus pautas, la distribución de las cavernas, qué especies les rodeaban, qué preferían cazar y qué comían, pero vamos avanzando a paso de tortuga, por cada duda resuelta salta una decena de interrogantes", comenta el arqueólogo.

Como explica Julián Ramos, "desde el último medio millón de años hemos descubierto que todos los grupos humanos que han pasado por Andalucía han dejado su huella en la Araña, y eso raramente se encuentra en otro territorio. Es una ocupación continuada y tiene sus motivos". El primero de ellos, como subraya el director del yacimiento, es el clima. "La Bahía de Málaga siempre ha estado en la franja climática templada, incluso en las peores épocas de glaciaciones en la Araña había acebuche, este olivo silvestre es propio del Mediterráneo y su hubiese hecho mucho frío no hubiera podido resistir", asegura Ramos.

También fue clave que tuvieran acceso fácil a la comida, " tanto en el mar como en la tierra. Los neandertales eran grandes consumidores de mariscos, moluscos, lapas, algunas tortugas, por lo que tenían una despensa durante todo el año dándose un paseo por las rocas", agrega el arqueólogo. La existencia de cuevas en la caliza les ofrecía casas termoreguladas, protección y refugio contra inclemencias. Y esa misma piedra facilitaba materia prima para la industria prehistórica.

De ahí que La Araña fuese una de las mayores concentraciones de población de Europa. Y en ello reside su valor. "Hemos encontrado herramientas de hace medio millón de año, preneandertales, de los mismos hombres que estaban en la Sima de los Huesos de Atapuerca, bifaces, picos triédricos para romper o cavar, hendidores, lascas de filo muy cortante, lascas gigantescas, una serie de herramientas que nos indican que ya estaban viviendo en Málaga hace medio millón de años", apunta Ramos. Igualmente han podido conocer la organización de las cuevas, con un espacio para cada actividad, una parte dedicada a taller, otra de reunión en torno al fuego, lugares para comer o dormir. Luego llegaron los cromañones y se mezclaron con la etnia neandertal, según considera el arqueólogo. De esta época se recogen las primeras manifestaciones artísticas, tanto pinturas como grabados. Las cuevas de Navarro y del Humo cuentan con ellas. "Todo eso nos da una especie de cosmos para estudiar a la humanidad, y eso en muy pocos sitios lo puedes hacer a nivel europeo", sostiene.

Todos los años la asociación presidida por Francisco Luis Martínez organiza un ciclo con el deseo de divulgar lo que se descubre "para que se incorpore al elemento cultural del pueblo", dice el arqueólogo. Este año están enfocado en los neandertales y referido a aspectos que hayan investigado expertos en Andalucía o fuera, pero haciendo hincapié en el sur de la península.

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