Los flamencos andan revueltos, y no sólo por la sequía. Después del generalizado sentimiento de orfandad que cundió tras la desaparición del ciclo de la Diputación Málaga en flamenco como Bienal, las diversas instituciones públicas con responsabilidad en materia cultural continuaron sus quehaceres sin demasiada intención de completar el hueco. La misma Diputación sostiene los segmentos más próximos y de menor formato de Málaga en flamenco, con experiencias como Los jueves de La Caixa en el Auditorio de Avenida Pacífico y Nos vemos en tu peña; la Junta de Andalucía, por su parte, mantiene el Flamenco viene del sur que precisamente regresa a Málaga el próximo miércoles en el Teatro Cánovas con David Palomar; y el Ayuntamiento arrancó en enero una nueva edición del Aula Municipal con el Ámbito Cultural de El Corte Inglés como plaza fuerte. Un poco, más o menos, lo que ya había. Hasta que la gerente del Teatro Cervantes, Charo Ema, que sustituyó a Salomón Castiel a principios del actual curso, anunció una serie de recitales de flamenco y copla en el coso bajo el cosmopolita epígrafe Folk, a la manera de ciclo o programación independiente. Y aquí está: Enrique Morente abre el experimento el próximo jueves.

Se trata de una propuesta breve y discreta, con sólo seis actuaciones (Enrique Morente el jueves 12, la bailaora Carmen Cortés el viernes 13, La Susi el sábado 14, Niña Pastori el domingo 15, Diana Navarro el domingo 22 y el bailaor Antonio Márquez el martes 24), aunque significativa por cuanto supone una de las primeras apuestas claramente visibles de Charo Ema, sin herencia alguna de la gestión anterior. Es cierto que siempre ha habido flamenco en el Cervantes, también bajo la dirección de Castiel, pero hacía mucho tiempo que no se presentaba un ciclo tan definido en sí mismo y tan lleno de intenciones. Hoy, casi resultan paradójicas las acusaciones que lanzaba la Diputación al Ayuntamiento por no cederle el Cervantes con mayor generosidad para Málaga en Flamenco.

Ante todo, Folk es la respuesta de Charo Ema a una situación delicada: la de un teatro municipal obligado a ser rentable en plena crisis. La programación de este primer semestre, la primera firmada al completo por la actual gerente, se cerró con muchas dificultades presupuestarias y con polémica con el Consejo de Administración por ciertas filtraciones de por medio. Ema apostó por el flamenco y la conversión del Cervantes en un tablao los días señalados como opción más probable para resultar ventajosa en la terrible de ley de costes y beneficios, pero los resultados, por ahora, le están dando la razón sólo en la parte. A día de hoy, únicamente Niña Pastori y Diana Navarro, como resultaba previsible, han agotado sus localidades. El resto de artistas tendrán que esperar unos días para recibir mejores noticias de taquilla: el mismo Enrique Morente, por ejemplo, tiene vendidos casi tres cuartos del aforo, mientras que a La Susi le queda por ganarse la mitad.

Lo cierto es que, más allá de apreciaciones como el rendimiento económico, el cartel presenta un notable nivel artístico. Morente presentará Pablo de Málaga, su libérrimo y muy aplaudido homenaje a Picasso, después de haber provocado una verdadera conmoción hace una semana en Buenos Aires con Omega. Quienes luchan por la promoción de los flamencos malagueños convendrán en que programar a Diana Navarro no es la solución, pero tiempo al tiempo. Folk indica, para bien o para mal, un camino que habrá que compartir.