Cultura

"Si el teatro evita la marginalidad, podrá llegar al centro de la cultura"

  • El periodista publica 'El diario de Próspero', una reflexión sobre la pérdida de influencia de las artes escénicas.

Próspero, legítimo duque de Milán en La tempestad de Shakespeare, fue exiliado por su propio hermano en la obra teatral del dramaturgo inglés. Fue en una pequeña isla donde conjuraba con la ciencia oculta en busca de venganza. Esta marginalidad e invisibilidad del personaje es símbolo para el periodista cultural Pablo Bujalance del estado del teatro contemporáneo; una reflexión que recoge en su libro El diario de Próspero, presentado ayer en el Teatro Cánovas.

Fuera de los circuitos mediáticos, económicos, políticos e incluso culturales, el teatro se ha convertido a ojos del periodista de Málaga Hoy en una suerte de ciencia oculta, sobre todo a raíz de la eclosión de nuevos fenómenos teatrales como el microteatro. Partiendo de la pérdida de espectadores que el sector de las artes escénicas viene sufriendo desde hace años Bujalance intenta buscar respuestas de este relego de las artes escénicas a un mundo marginal más allá de la crisis económica o la influencia de las políticas en materia cultural.

"No es difícil constatar cómo las artes escénicas tienen cada vez una posición más restringida y menos valor en cuanto a la atención que pueda suscitar en el consumidor. Por eso, al menos había que hacerse preguntas para ver qué ocurre, qué tendría que pasar en el teatro para conseguir que la gente se sienta tocada con una idea", explicó el periodista, quien estuvo acompañado por el director del Teatro Cánovas, Antonio Navajas, y el editor de Ediciones En Huida, Martín Lucía.

Para Bujalance, aparejado a este destierro fuera de lo cultural, las artes escénicas padecen de una división "añeja" entre aquel teatro dedicado a una élite y otro más popular. "Una de las reflexiones que se tendría que hacer desde el teatro y hacia el teatro, es superar esta escisión entre lo culto y lo popular: no puede darse un teatro para minorías. El teatro tiene la responsabilidad de conducir al espectador a otro sitio, de generar en él un aprendizaje que le haga sentirse parte de una tradición, de un fenómeno cultural y humano", señaló Bujalance, reivindicando el papel del teatro fuera de su marginalidad e imposibilidad de ser digitalizado. "Si el teatro, que exige venir a verlo, es capaz de convencer a la sociedad de que sólo él puede hacer sentir a las personas como seres humanos dentro de una humanidad real, a lo mejor el teatro se hace imprescindible. Si evita la marginalidad, el teatro tendrá la capacidad de emprender el viaje al centro de la cultura", zanjó.

El diario de Próspero, ensayo publicado por Ediciones En Huida, tiene como germen el blog homónimo que el periodista escribe desde 2013 en el Grupo Joly. "Son textos inéditos a raíz de ideas del blog. No soy un experto. Escribo sobre lo que he visto a base de querer llegar al fondo de las cosas", indicó el malagueño, quien a través de esta bitácora ha estado ligado a las artes escénicas tanto como profesional y crítico como espectador.

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