Análisis

nacho artacho

Embusteros

El género del embuste encuentra en febrero su reserva natural. Apúrense

Si Filón de Alejandría y Flavio Josefo no mienten, el gobierno de Poncio Pilato sobre la provincia romana de Judea se caracterizó por la corrupción sistematizada y por la ausencia de escrúpulos a la hora de medrar. Durante las primeras seis semanas en el cargo, hizo ajusticiar a cientos de paisanos descontentos y protestones. Los evangelistas no han ido tan lejos en su juicio, pero nos lo muestran como un fulano capaz de salvarse de un naufragio sin tener siquiera que llevar la toga a la tintorería. Vamos, un pionero de la realpolitik que, de haber nacido un par de milenios más acá, habría disfrutado de la cosa pública lo que no está en los escritos. De que el tipo dominaba la gramática parda, da fe la pregunta con que puso fin a su cara a cara con Jesús de Nazaret: "¿Y qué es la verdad?" Sabedor del melón que estaba abriendo, abandonó la estancia sin esperar respuesta.

Pensadores de todo tiempo han perdido la juventud y la sesera intentando desentrañar la preguntita de marras. En Cádiz, lógicamente, el enigma se solucionó hace siglos: también la verdad se inventa. ¿No me creen? Sírvanse: andaba una mañana Pericón por el puerto cuando se cruzó a un amigo, de dónde viene, compadre. El otro le enseña un cubo: de pescar, maestro, he cogido una dorada de ocho kilos, pero me ha dado lastimita y la he vuelto al agua. Pericón apunta al poniente, pues precisamente ayer pesqué yo un farol romano en la Caleta, y encima estaba encendido. La cara del vecino muda la color, pero, hombre, Pericón, cómo va a estar encendido. El cierre de la charla se sigue repitiendo en cualquier corrillo de la ciudad: "Usted quítele unos cuantos kilos a la dorada y yo entonces apagaré el farol".

La anécdota pertenece a la antología del embuste, un género que arranca con Ignacio Espeleta, llega hasta Selu García Cossío y encuentra en febrero su reserva natural. Así que apúrense: sólo tienen veintiocho días para descubrir que la verdad no es más que un farol encendido bajo el agua.

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