Quizás uno de los intangibles más interesante del viaje del presidente del Gobierno a Estados Unidos es poner en primer plano la empresa tecnológica, animando la inversión en empresas españolas, y la absorción de tecnología extranjera en España. Entre las empresas que han acompañado al presidente Sánchez están RedPoints, que defiende a las marcas frente a falsificaciones en la red; Rated Power, de la Universidad pública Carlos III, que automatiza el diseño de plantas solares; Adara Venture, que invierte en empresas tecnológicas; VallBox, de cargadores eléctricos inteligentes; y la sevillana Carto, de análisis espacial. De ellas sólo Red Points está en la lista de las diez principales startups con sede española, que encabezan Glovo y Cabify. Cualquier actividad requiere hoy este tipo de empresas, por ejemplo, baterías y puntos de carga, generación energética, aeroespacial, agricultura y ganadería sostenible y eficiente h-donde está casi todo por hacer-, uso del español en lenguajes informáticos, y el campo infinito de la salud, donde precisamente se acaba de crear en la Universidad de Málaga Bioherent para el diagnóstico inmediato de alergias.

El Gobierno prepara una ley sobre startups, que tributarían al 15% en Sociedades, facilitaría el pago a directivos y entrega a empleados de acciones, e incentivaría que los nómadas digitales de otros países trabajaran desde España. El tema de los impuestos es peculiar, pues de las diez primeras startups españolas por valor, sólo dos ganan dinero, cuatro pierden, y otras cuatro no dan información. No es raro, pues incluso una empresa como Amazon con 2 millones de millones de dólares de valor en bolsa apenas tiene una rentabilidad de la acción del 1,6%, cuyo precio hoy son los beneficios de 69 años; pero esto no tiene que ver con afinar en los impuestos a las tecnológicas para que, ganen poco o mucho, paguen en los países donde desarrollan su actividad, tema que inició el gobierno de España y está siendo consensuado internacionalmente.

No hay duda de que en España hay ideas y talento, y empieza a haber capital, pero falta ambición y dimensión. La verdad es que la aversión al riesgo es alta, de aquí la importancia del viaje del presidente del Gobierno para dar un impulso a la inversión tecnológica. Las condiciones en que se desarrolló Silicon Valley, con el espíritu de frontera del Oeste, financiación, y aprovechando la investigación teórica y tecnología aplicada desarrollada para el ejército americano, son irrepetibles, pero las cosas cambian y hoy la tecnología más sofisticada forma parte de la dinámica de los intercambios internacionales. Cuando vi hace muchos años a The Eagles en Oakland hacían de teloneros y todavía no habían sacado Hotel California -nadie sería telonero con un tema así-: "Bienvenido -dicen- al Hotel California/ hay habitaciones todo el año/ puedes hacer cuando quieras el cheking out/ pero nunca podrás dejarnos". La letra enigmática de la canción fue definida por la propia banda como "simplemente un viaje de la inocencia a la experiencia", y como este viaje rememora, California sigue siendo una referencia vital, un lugar al que quienes tienen el reflejo de pensar siempre en negativo, tendrían que ir para renovar su software interno.

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