Qué alegría me da encontrarme con Pepa Blanes y María Guerra, las presentadoras de LaScript. Para mí son como de la familia, puesto que sintonizo su programa en Movistar acompañando mi comida de todos los sábados. Religiosamente. Son como dos rayos. Imparables. Aquí están, en Málaga. Con los billetes preparados para Venecia y la mente puesta en cómo podrán ser los Premios Feroz del año que viene. Viéndolas trabajar, planificar, ilusionarse en los medios privados en los que desarrollan su labor, no puedo dejar de pensar en la televisión pública, y más concretamente en La 2 de mi alma y de mi corazón, y en cómo nos dejó abandonados en plena pandemia. No nos merecíamos ese maltrato.

Historia de nuestro cinedejó de emitir sus coloquios a partir del 13 de enero. ¡Pero resulta que estaban grabados desde varias semanas atrás! El dedicado a Barcelona, con Sinatra de Betriú, por ejemplo, no salió en antena hasta más de dos meses después. ¿Y Versión española? Seis meses desaparecida en combate. El bueno de Gerardo Sánchez, director de Días de cine, que no sabe dejar de trabajar, tuvo la ocurrencia de continuar editando y coordinando el programa desde casa. ¡Pero se lo colgaban en la web! ¡No lo emitían! A pesar de que la parrilla estaba completamente desmantelada y vacía. La 2 Noticias se canceló a partir del 12 de marzo. Y dicen que no volverá hasta después de Reyes de 2021 ¡por motivos sanitarios! Da para un libro (las tesis no las lee nadie) lo que está ocurriendo en TVE durante la pandemia. Por eso al ver a Pepa y María tan hiperactivas, que estuvieron en pantalla hasta julio y que van a regresar ya mismo, no se me va de la cabeza la maldita burocracia de la pública.

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