Estén o no interesados por los asuntos relacionados con los barcos que llegan al puerto o por las historias que a diario se suceden en los muelles malacitanos, seguro que sí recuerdan lo que era la Ola del Melillero. Aquel fenómeno que conocían a la perfección los asiduos visitantes de la playa y que sorprendía de una forma muy desagradable a los que no sabían nada de ella, desde hace ya algunos años ha desaparecido; una circunstancia que ha dejado de comentarse y que nos ha privado de las rocambolescas teorías que pretendían explicar aquella momentánea marejadilla.

Sin entrar en nuevas consideraciones sobre los motivos de esta ola que ya expliqué en su momento, hoy esbozaré cómo fue su inició de la mano de los buques de alta velocidad; los verdaderos responsables de esta historia.

Con la intención de asentar una ruta que nunca ha sido demasiado atractiva, en 1999 la compañía Buque Bus instauraba una línea regular entre los puertos de Málaga y Ceuta que apenas duró dos años. Tras aquella intentona, en marzo de 2000 un monocasco publicitó un enlace rápido con Melilla que nunca se llevó a cabo. Después de aquellos intentos, en junio del año 2000, Trasmediterránea posicionaba en Málaga al Alcantara, un ferry de alta velocidad que comenzó a operar durante los meses veraniegos en la ruta del mar de Alborán.

Asentadas aquellas navegaciones estivales que reforzaban las salidas diarias del Melillero, en septiembre de 2006 llegaba a aguas malacitanas el Milenium Dos. Este catamarán rápido que navegaba a 38 nudos de velocidad o lo que es lo mismo a 70 kilómetros por hora, le cabe el honor de haber sido el creador de esta ola; una breve marejadilla que a diario se producía en las playas más cercanas al puerto en la vertiente oeste del litoral malacitano.

Ya con este fenómeno en marcha, la temporada veraniega de 2007 sirvió para seguir con todo lujo de detalles esta afamada ola; una circunstancia que corrió a cargo del Milenium Tres que había sido estrenado en el puerto malagueño en noviembre de 2006.

Tras convertirse en la comidilla playera de los meses de verano, aquella Ola del Melillero siguió presente hasta que los ferris de alta velocidad dejaron de operar en Málaga.

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