Aestas alturas, la plena confianza de Abdullah Al-Thani en su secretario está fuera de toda duda. Abdullah Ghubn pone voz a los pensamientos del presidente del Málaga, por eso no importa que el jeque no esté en el día a día de La Rosaleda. Pese a que el Málaga CF sea un proyecto experimental para ellos, que tienen en el fútbol un nuevo escenario donde plasmar sus buenas dotes empresariales. Flotaba por el ambiente el pensamiento de que el club volviese a ser dirigido a la distancia, como en la criticada época de Serafín Roldán, pero la realidad parece apunta a otro camino: a ver a Abdullah Ghubn tan involucrado en el día a día que incluso ya piensa en asentar un domicilio habitual en Málaga. El joven dirigente blanquiazul, que está unos días en Qatar para atender los otros negocios del emporio NAS, está cogiéndole gusto a esta nueva aventura. El día a día en la entidad, la gente de la que se ha rodeado, la vida de la ciudad, el clima y hasta la Feria, que ha soportado estoicamente en sus visitas diplomáticas pese a encontrarse en pleno Ramadán, están despertando el interés del árabe por una cultura que, según sus propias palabras, le recuerda mucho a la suya nativa, por más que los turbantes y las jaimas nos lleven a pensar lo contrario. Así que Ghubn quiere dejar de ser huésped de lujo del hotel Málaga Palacio (los que han disfrutado de sus generosas propinas no piensan lo mismo) para aparcar sus llamativa y carísima flota de coches en un garaje propio. Problemas para encontrar una vivienda no se le presuponen. Pero sí sorprende que con tan poco tiempo aquí ya quiera ser uno más de la que afirma ya es su casa: la sociedad malagueña.