La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Acierto y patinazo de dos Nobel

Nada tiene que decir la ciencia sobre la existencia de Dios ni la religión sobre el 'Big Bang'

Ha habido y hay creyentes que pretenden imponer sus creencias a las ciencias naturales. Y científicos que pretenden imponer sus certezas a la religión. Ambos coinciden en considerarlas incompatibles cuando tan poco tiene que decir un científico sobre la existencia de Dios como un creyente sobre el Big Bang. Por eso me ha alegrado leer en El País la entrevista con el Nobel de Física James Peebles. "Si me pregunta cuál es la influencia de la religión en mi trabajo, yo diría que la religión no tiene nada que decirnos. Pero también diría que nosotros no tenemos nada que decirle a la religión. Son ámbitos diferentes y mucha gente se siente cómoda con eso. (…) Puede que vayan a charlas como la que doy hoy y después vayan a misa y no tengan problema". Cierto, razonable, indiscutible.

El entrevistador le pregunta si conoció a George Lemaître, sacerdote, matemático y físico que propuso por primera vez la teoría de la expansión del universo: "No lo conocí en persona -contesta-, pero conocí su trabajo y lo admiro. Era un individuo excepcional. Por supuesto, era muy religioso, pero no tenía problema reconciliando los dos ámbitos. Él dijo una cosa que me gusta mucho. Si un creyente quiere nadar, es mejor que lo haga igual que un no creyente". Cierto, razonable, indiscutible. Lemaître dijo al final de su vida: "Me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión".

Pero hay quien sigue empeñado en enfrentar los dos ámbitos, como otro Nobel, Michel Mayor, que en el mismo diario afirma: "La visión religiosa dice que Dios decidió que sólo hubiese vida aquí, en la Tierra, y la creó. Los hechos científicos dicen que la vida es un proceso natural. Yo creo que la única respuesta es investigar y encontrar la respuesta, pero para mí no hay sitio para Dios en el universo". ¿Acaso es tarea de la ciencia hallar el "lugar" de Dios? Sorprende sobre todo que alguien tan inteligente tenga una idea tan pobre de la religión y los creyentes, ignore la hermenéutica o interpretación de los textos (una disciplina nacida en el ámbito religioso) y reduzca la religión a la intransigencia ignorante de la literalidad fundamentalista.

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