Aunque cree que, en principio, el contrato programa respalda a los departamentos y centros que han trabajado por la formación continua y “presiona a los que no se han preocupado tanto”, no comparte los indicadores científicos que se han propuesto para evaluar la investigación. Cree que conducirá a “un importante recorte en la financiación” en vez de mejorarla.

En relación con los resultados académicos planteados opina que “son un despropósito. No se pueden plantear indicadores de los que dependa nuestra financiación sin dotarnos de las herramientas para mejorarla”. De todas formas, va por partes y recuerda que la tasa de éxito de este departamento el curso pasado fue del 76,78% “muy por encima del objetivo marcado del 70%”. Sin embargo, la tasa de rendimiento estuvo en el 50,58%, frente al 65% que se exige.

Si se pone la lupa sobre estos datos se observa además que el rendimiento en las asignaturas de primer curso está en el 20%, mientras que en los últimos cursos asciende al 80%. “Alguien debería mirar en algún momento la relación entre la formación previa de los alumnos y las posibilidades de superar una asignatura. En lugar de ello hemos quitado los prerequisitos de matrícula y dejamos que entren en las titulaciones alumnos que no están preparados”.

Francisco Durán afirma que nunca los profesores universitarios se preocuparon tanto por la formación de sus alumnos como ahora, aunque a renglón seguido matiza que sólo es posible preocuparse por el que van a clase. “Al menos hay que presentarse para tener la opción de aprobar”, matiza. Finalmente afirma rotundo que superar una tasa de eficiencia del 20% en el 99% de las asignaturas es “directamente implanteable en nuestro caso, con más de 100 asignaturas”