Mitologías Ciudadanas

José Fabio Rivas

Cataluña, la v¯-1

Se celebraron las elecciones catalanas y todo sigue (casi) igual. A destacar: ganó el PSC, aunque difícilmente Illa presidirá el Govern; ERC le iguala en número de escaños y veta como socio de gobierno al PSC, insistiendo en un proyecto soberanista, como si no hubieran aprendido nada del fracaso y los enormes costes del procés; la derecha supremacista de JxC, ídem de ídem, con el estribillo de que la nueva legislatura debe ser de conflicto y enfrentamiento "entre el pueblo catalán y el Estado español" (¿pero qué será esa entelequia de pueblo catalán, cuando la mayor parte del electorado catalán ha votado al PSC?); Ciudadanos, puro debacle y muchas deudas (¿Y qué esperaban, después de ganar las elecciones en 2017, con más de un millón de votos, y salir irresponsablemente corriendo de Cataluña?); del PP, nada, sin proyecto político ni euros que repartir. Son irrelevantes en Cataluña. Sin embargo, la irrupción de Vox con 11 escaños, es importante, no porque aumentar la dosis de testosterona en política, aunque sea como la de los chutes de los culturistas, sirva para algo, sino porque es un síntoma del mal que corroe a Cataluña, un mal que no se puede simplificar apelando al fascismo (No creo que esos 200.000 votos sean, ni mucho menos, todos fascistas). En fin, así están las cosas. Así y con la crisis sanitaria, económica y social provocada por la covid. Así y con las instituciones políticas catalanas paralizadas, para todo lo que no sea el procés desde hace años, y con una ciudadanía cada vez más desencantada de la política (la abstención en las votaciones del 50% no se puede explicar solo por la Covid).

Cuando los matemáticos se encuentran con la raíz cuadrada de un número negativo; es decir, con la necesidad e imposibilidad de seguir operando matemáticamente, pues en la lógica de los números reales es un contrasentido la raíz cuadrada de un número negativo, les cabe tres respuestas posibles: insistir en el cálculo (una pérdida de tiempo y energía, pues matemáticamente es imposible proseguir), abandonar el cálculo (dejando sin resolver el problema matemático, lo que no es aconsejable, ya que es necesario resolverlo) o, por último, dar un salto lógico en la resolución del problema, creando una nueva realidad matemática, los números imaginarios (i: v¯-1), y seguir el cálculo contando con esa realidad nueva, gracias a lo cual se ha posibilitado el avance en el estudio del electromagnetismo, las ondas radiactivas, la física cuántica, la ingeniería eléctrica, el cálculo matemático…

La realidad catalana es parecida, y como me temo que al final opten por un gobierno marcado por el nacionalismo separatista (un viaje a ninguna parte); es decir, por una solución "imposible", en una situación que requiere solución, cabe preguntarse ¿No queda por lo menos una neurona que funcione dentro del supremacismo catalán? Claro que las hay, aunque sean neuronas sin visión de Estado. Y es preciso que esas neuronas funcionen y se impongan a la medioplacista rapacidad con butifarras (en lugar de chorizos, que es más del resto del Estado español), articulando una mayoría de progreso, fundamentada en un pacto entre ERC y PSC. Esa respuesta "posible" y necesaria, además sería realista, inteligente y buena para la ciudadanía.

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