LA persona más joven que votó la Constitución de este país tiene 53 años. Aún tiene mucha vida por delante. Pero hay más gente en España que no la votó. Uno cumple los mismos años que la sacrosanta ley a la que se apela en estos días para la cuestión catalana y ya no es un chaval. No recuerdo esa misma vehemencia en la defensa de su inviolabilidad cuando en 2011 Zapatero y Rajoy pactaron, en pleno mes de agosto, una reforma exprés de la Constitución para poner techo al déficit público por exigencia de Bruselas. O Berlín.

Ahora que el asunto ha llegado al Congreso, imagino que la Cataluña independiente no sería el idílico edén que se vende desde allí ni el apocalipsis desolador que se proclama desde aquí. El aquí y el allí son una simple distinción por ubicación geográfica. Estuve unos días el verano pasado en la Costa Brava, de L'Escala a Cadaqués. Me llamó bastante la atención la abrumadora cantidad de balcones en los que lucían la estelada. Pregunté y no eran las fiestas del pueblo, sino que estaban allí de manera perenne de manera reivindicativa desde la gran manifestación de la Diada de 2012. Con frecuencia viajé en la última década a Barcelona y no había detectado nada parecido. O sea, que es un fenómeno que existe y que es creciente, que hay mucha gente en Cataluña que quiere separarse. Igual es una suerte de ni contigo ni sin ti, que cantara Manzanita.

Cansan el victimismo y las constantes referencias desde no pocos políticos catalanes a cuestiones andaluzas, ya sea al PER, ya renombrado, o a la imposibilidad de comprender a los niños andaluces cuando hablan, como sostenía Mas entre risas en su Parlamento. Supongo que él entendería perfectamente a Jordi Pujol. A mí me siempre me costó hacerlo cuando habla en castellano. Tampoco en catalán, aunque sí lo entiendo cuando alguien pronuncia mejor.

Quien viva en Cataluña entenderá mejor las razones por las que se pide la independencia. Seguro que hay muchas, más allá del dinero, el idioma o el cariño. Aunque si fuera por agravios y desdén igual era Andalucía la que más razones tuviera para dar un portazo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios