EL ESPONTÁNEO

Juan Cachón Sánchez

Confusiones

TENÍA cita previa? -Por supuesto, y, si no, consulte la guía útil de Málaga y verá que aparezco en el índice de actividades. -Hablando de actividad, ¿cuál es su actividad?

-En este momento, pasiva, pues estoy sentado enfrente suya.

-No me refiero a su actividad in situ, sino a su profesión.

-Bueno, eso no lo tengo tan seguro. Con los vaivenes que da la vida... Yo empecé en una sastrería de la provincia de Lugo, de ahí me trasladaron a Mondragón, de ahí pasé a diseñar el Meyba que Fraga usó cuando se bañó en Palomares para demostrar que no existía peligro de contaminación y el tiempo le ha dado la razón, no en cuanto a contaminación, sino en salud, a prueba de bomba, la misma que cayó en el susodicho Palomares, con el balanceo al son del botafumeiro, derrotando al profesor de pelo cano del Frente Galego que presumía ante sus votantes de haber leído y comprendido El azar y la necesidad de Jaques Monod y dando órdenes a estas alturas en el PP.

-¡Creo que me está sacando de mis casillas! Ha venido a que le vea previa cita y me sale por peteneras.

-Disculpe y perdone mis incoherencias, es que tengo un orzuelo que no me deja ver con claridad los programas señeros de la televisión, veo borroso y estoy con el alma en vilo con los concursantes, tomando nota sobre el nivel freático de los concursantes.

-Querrá decir el nivel intelectual, (cogito, ergo sum).

-Yo sólo veo el nivel freático, quizás sea debido al orzuelo y por eso el subsuelo intelectual no lo vea.

-Se nota a ojo de buen cubero que no ha leído El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, Gabo para los amigos (con más hambre y frío que Dios talento lo escribió en París), ni Robinson Crusoe, ni La isla del tesoro.

-Bueno, sólo leí Guerra y Paz, pero en edición de bolsillo, y los Episodios Nacionales de Don Benito, como le decía mi padre que era canario, pues suponía que todo el mundo sabía que no era el del santoral ni el de la purga Benito, sino Pérez Galdós.

-Bueno, lo de suponer es mucho, también hace un siglo no seguir con las muelas del juicio era señal inequívoca de alguna deformidad mental, las modas cambian que es una barbaridad, posiblemente si el célebre psiquiatra madrileño José María Esquerdo levantara la cabeza, en su célebre tratado-conferencia Locos que no lo parecen, no le cabrían en la lista que encabezaba el pobre Sacamantecas. ¿Cuántos Sacamantecas con trajes de Armani, pañuelos de Loewe y calzoncillos de Dior? Creo que el apelativo que le dio el doctor Esquerdo al pobre loco del Sacamantecas de "imbécil moral" se quedaría corto ante los que hoy tienen una dentadura de Profidén y de Licor del Polo, los que anuncian el último modelo de coche y un seguro de vida con caras de no haber roto un plato.

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