Todos por España

Los acuerdos entran dentro de la lógica parlamentaria, pero siempre con luz y taquígrafo

Es interesante ver como en los últimos tiempos, cada vez que se pilla a un partido en un renuncio, lo justifica diciendo que se hizo por España. Evidentemente esa excusa podría ser creíble hasta que llega el momento de analizar como EH Bildu también les ha apoyado, y es entonces cuando se vienen abajo todos los argumentos, porque si hay alguien que ni le importa ni apoyará nunca a los españoles son los batasunos. Así que ahora le ha tocado tanto al PSOE como a VOX explicar su confraternización y, como es lógico, ni están, ni se les espera.

Los primeros que habrán acusado su más profundo desacuerdo y su más absoluta orfandad habrán sido los socialistas andaluces. Después de perder el poder regional, perdieron el beneplácito de Madrid y ahora pierden sus propios argumentos, que iban contra un gobierno entre el PP y su denostada ultraderecha, porque hasta su propio partido hace lo mismo. Desde luego el panorama andaluz de la izquierda es terrible: unos ex Adelante Andalucía expulsados de Podemos y ahora unos socialistas desarraigados de su propia ideología. A este paso van a resucitar al Partido Andalucista para ver si puede recoger a tanto desorientado.

Y que decir de los seguidores de VOX. Esperemos que los comentarios sobre la reunión de algún dirigente de este partido con algún confinado de la Moncloa sea un bulo, porque de lo contrario la situación sería insostenible. La última y más sonora traición política fue el abandono del PNV al PP y su apoyo a la moción de censura del PSOE, a cambio de toda una serie de parabienes considerable. Por lo que ahora este movimiento para controlar 140.000 millones de fondos europeos, unidos con el PSOE y EH Bildu, tiene que tener un precio inimaginable si provoca la voladura del partido. Y, desde luego, no pudieron encontrar un aliado más experimentado en voladuras.

Los acuerdos entre partidos entran dentro de la lógica parlamentaria, pero siempre con luz y taquígrafo. Todos estos movimientos incomprensibles cuando hay dinero por medio, hacen sospechar lo peor y no dejan en buen lugar a la clase política. Porque a partir de ahora, si se enfrentan en temas de poco calado, nadie los creerá sabiendo que, cuando de obras y repartos vaya la cosa, el acuerdo estará garantizado al mejor postor. Por ello conviene recordarles el principio de Voltaire: "No pienses que el dinero lo hace todo o acabarás haciéndolo todo por dinero".

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