EL Mundial avanza. No deja demasiadas gotas de buen fútbol. Hay pujanza suramericana y crisis europea, sólo tres equipos entre los ochos mejores (Alemania, Holanda y España). En la pasada edición, los cuatro primeros (Alemania, Italia, Francia y Portugal) fueron del Viejo Continente. No faltan teorías que comparan las andanzas futbolísticas con las económicas. La crisis financiera que ataca con especial virulencia a nuestro continente se traslada al balón, dicen que el fútbol se mira en el espejo económico. Francia e Italia se marcharon en la primera fase, Inglaterra en los octavos de final.

Y ahí está España, a las puertas de hacer mañana historia, de estar entre los cuatro mejores 60 años después si liquida a Paraguay. De Brasil'50 data la mejor clasificación. Entonces no había semifinales sino un cuadrangular final, que jugaron Brasil, Uruguay, España y Suecia. Resultó que brasileños y uruguayos (probable semifinal si derrotan hoy a Holanda y Ghana) se disputaron el título en el célebre Maracanazo, victoria charrúa que dejó un reguero de suicidios en Río de Janeiro.

En España, el modelo futbolístico propuesto por Del Bosque se cuestiona hasta en "Sálvame". Da idea de la llegada del balompié. Sigo pensando que Xabi Alonso es muy bueno y que Fernando Torres volverá, aunque sea nadar contra la corriente. Que más de 13 millones de españoles se pongan de acuerdo en algo, aunque sea en ver un partido de su selección de fútbol, resulta significativo. No se trata de darse golpes de pecho patrióticos de manera gratuita, el Mundial es un evento fascinante en los cinco continentes. Incluso en Estados Unidos ha habido un repunte grande de la audiencia, influye la inmigración latina. Francia, en 1998, vio un impulso económico después de que el país organizara y ganara la Copa del Mundo. Más allá del fútbol.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios