Juan López Cohard

MENTES CALENTURIENTAS

El zoco

17 de agosto 2021 - 01:31

Hasta aquí me llega la triste noticia del fallecimiento de un grandísimo amigo a causa del Covid. La tristeza me invade. Era un gran hombre de tan festivo nombre como festivo era su carácter y actitud ante la vida: Domingo. Para él todo el mundo era bueno porque el más bueno era él. Descansa en paz amigo.

Por tierras del Alto Vinalopo, entre viñedos preñados, con sus racimos de uvas esperando el día de su recolección, y montes atestados de destartalados pinos, carrascos o de Aleppo, que desde tal ciudad siria colonizaron en la antigüedad todo el Mediterráneo, me suda hasta el pensamiento. Llevo días que me invade el amodorramiento y me cuesta un enorme trabajo mantener abiertas las persianillas para contemplar el entorno. Cuarenta y tres grados dice el termómetro que tenemos a mediodía. Como para hervir el mosto dentro de la uva.

En ese estado de nirvana agosteño mi mente vaga por entre los recuerdos y, de pronto, me aparece la teoría del maestro Alcántara sobre las causas que motivan que en Málaga hubiese tantos "chalaos" por las calles, refiriéndose a personajes tan extravagantes como pintorescos, tales como El Matías, El Titi, El Bollero, El lenguas, El Tiriri y tantos otros. Dos eran las causas para el poeta: el sol achicharrante que calentaba los sesos y el "pirriaqui".

Pues pensando en eso he llegado a la conclusión, en mi amodorrado estado producido por el calor de este sol ardiente que nos achicharra, de que solo unas mentes calenturientas como las de mis paisanos citados han podido parir el preámbulo de la nueva Ley de Educación. Con cierto esfuerzo y llamado por la curiosidad, abro las persianas visuales y leo que la nueva asignatura de Matemáticas de Primaria incluirá gestión emocional. Esto es, incluirá "las destrezas esenciales para entender las emociones, cuyo correcto manejo mejora el rendimiento y ayuda a erradicar ideas preconcebidas relativas al género o el talento innato indispensable para esta materia. ¡Toma ya!

Teniendo en cuenta que la destreza es la "habilidad y experiencia en la realización de una actividad determinada, generalmente automática o inconsciente", ya me dirán como se incluye en la enseñanza a los alumnos de Primaria esa habilidad y experiencia esenciales para entender las emociones. Y sobre todo para que no haya ideas preconcebidas respecto del género o el mito del talento innato. Recuerdo que cuando estaba en la escuela me emocionaban las Matemáticas. Era un alumno incomprendido y los profesores no enseñaban nada sobre el sentido socioemocional. Yo sentía un amor especial por el triángulo escaleno, pero me turbaba no saber bien a qué género pertenecía. Y, por otra parte, me ruborizaba ante una raíz cuadrada porque era femenina doblemente, en lo de la raíz y en lo de cuadrada.

Con la geometría me lo pasaba pipa, porque me gustaba cambiarle el sexo a los polígonos. Por ejemplo, a un pentágono regular lo transformaba en irregular haciendo que tuviese dos ángulos agudos, de esa forma podía acoplarse con otro pentágono o con un triángulo escaleno y dormir haciendo la cucharita.

Bueno, creo que estos calores me han afectado a la sesera. O será que las mentes calenturientas las tienen los de la Ley.

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