La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Mal presente, peor futuro

En lo local, lo nacional y lo global la estabilidad exige políticas de futuro, no de pasado o cortoplacistas

En Cataluña hay ciudadanos que andan ya a empujones, tortazos e insultos a cuenta de la independencia. Ayer informaba el compañero Pérez Ávila sobre la paliza propinada por un grupo de vecinos de Pino Montano a un delincuente al que acusaban del robo con apuñalamiento sufrido en agosto por un adolescente del barrio. Cuando los poderes públicos se inhiben estirando el correcto principio de la respuesta proporcional, minimizan los problemas que afectan a los ciudadanos poniéndoles paños calientes y les dan respuestas erráticas o titubeantes surge el enfrentamiento entre ellos. En la información sobre el condenable suceso de Pino Montano llama la atención esta frase: "el delincuente pertenece a una familia del asentamiento chabolista (…) y muchos de ellos tienen antecedentes por robos violentos con navaja y atracos con pistola". Permite diagnosticar, nunca justificar, ese mal que consiste en tomarse la justicia por su mano entendiendo que los poderes públicos no lo hacen.

Ayer coincidían nuestro editorial La seguridad, un debate que requiere sosiego y mi artículo Inseguridad y responsabilidad. Si a los llamados Comités en Defensa de la República se les permite boicotear una manifestación constitucionalista -autorizada por las autoridades y con todos sus papeles en regla- convocada bajo el lema "Contra la imposición lingüística y el adoctrinamiento: Libertad", el enfrentamiento se produce. Como, pasando de la política nacional a la local, ha sucedido en Pino Montano. Y lo mismo podría decirse si se pasa de los problemas locales y nacionales a los europeos e internacionales. Escribía hace unos días en El País Daniel Innnerarity, de quien me permito recomendarles Ética de la hospitalidad, Política para perplejos o El futuro y sus enemigos: "La democracia necesita una gestión estratégica de las crisis futuras. Sabemos que habrá crisis en relación con el cambio climático, el capitalismo financiero, las migraciones, el abastecimiento de energía, el envejecimiento de la población, las guerras y conflictos, las pandemias… Lo único que nos falta por adivinar es cuándo, cómo se presentarán y con qué instrumentos es más adecuado hacerles frente.

Una acción más estratégica nos permitiría identificar las tendencias y anticipar las soluciones, es decir, actuar cuando ya no sea demasiado tarde". Esto vale tanto para lo local como para lo nacional y lo global.

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